El campesinado fue uno de los sectores decisivos en el triunfo revolucionario. Desde el alegato de autodefensa “La Historia Me Absolverá”, Fidel define erradicar el problema de la explotación de este grupo social como uno de los objetivos fundamentales del proyecto revolucionario.
Según la historiografía, el 85% de los pequeños agricultores cubanos estaban pagando renta y vivían bajo la perenne amenaza del desalojo. Más de la mitad de las mejores tierras de producción cultivadas estaba en manos extranjeras.
Un poco de historia
Varios pasos se dieron para que se celebrara el Primer Congreso Campesino en Armas. Se consolidó la guerrilla y en la zona liberada del II Frente Oriental se realizó el 21 de septiembre de 1958, en Soledad de Mayarí Arriba, con la presencia de Fidel y Raúl.
Varias localidades estuvieron representadas: San Luis, Mayarí, Sagua de Tánamo, Yateras, Baracoa, Guantánamo y Alto Songo. El objetivo estaba claro y era impulsar una política de unidad para incorporar a los amplios sectores rurales a la lucha contra la dictadura, además de crear las condiciones para después del triunfo, que ya se vislumbraba, comenzar las radicales transformaciones del campo cubano. Estás se iniciarían el 17 de mayo de 1959 con la firma de la Reforma Agraria en la Sierra Maestra, punto que sellaría las promesas de Fidel.
En el informe central José (Pepe) Ramírez, dirigente del campesinado, expuso los males que aquejaban a su clase, víctimas del latifundio y la explotación de terratenientes que condenaban a miles de familias campesinas a vivir sin las más elementales condiciones de vida, carentes de atención médica, de servicios educacionales y expuestos a la represión de la guardia rural al servicio de los explotadores nacionales y extranjeros.
Sus objetivos
No solo se reunieron para dejar plasmados sus acuerdos, también elaboraron una Declaración de Principios del movimiento campesino a favor del Ejército Rebelde, para así dejar dispuestas sus primeras estructuras organizativas. Se eligieron los dirigentes de base, todo lo cual fue punto de partida para la fundación, después del triunfo, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en 1961.
El Primer Congreso Campesino en Armas no solo ponía a la Revolución como prioridad, sino también la necesidad de transformar por completo el campo, dándole al campesinado los beneficios y el lugar que merecía en la historia de la Revolución.