Por: Sheila Barros y Yusarys Benito

Un salón donde confluyen la impronta de dos hombres inolvidables para la historia de Cuba: Agramonte y Fidel; porta orgullosamente la Plaza de la Revolución perteneciente a la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey, desde el 2016.

Este sitio sagrado de la patria acoge cada año a los cubanos que, desde el día del último adiós al Comandante, no han dejado de mezclar sentimientos de tristeza, amor y recordación a un hombre que entregó su vida por Cuba.

La Sala museable, donde reposaron las cenizas de Fidel  de camino hacia el cementerio de Santa Ifigenia, tomó el nombre del potrero donde cayó El Mayor y al decir del director de la Oficina, José Rodríguez Barreras; se construyó expresamente para ese momento, se exponen la mesa donde descansó la urna de cristal que iba encima del armón protegiendo el osario y está el pedestal donde se pusieron sus cenizas más el concepto de Revolución, la fotografía de Fidel en la Sierra, exactamente en el lugar donde estuvieron en aquella fecha.

Los testimonios de trabajadores, profesionales de la palabra y pueblo en general, de esos días de noviembre del año 2016 son incontables. Uno de ellos toca los decibeles y palabras que se agrupan en nuestra web para compartirnos su historia.