Una puerta al pasado sobre papeles

Fotos: Cortesía de la autora
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Con tan solo la visita ocasional a un archivo, resulta imposible imaginar la cantidad de documentos ligados al pasado que se atesoran allí. En el perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), ubicado desde 2018 en los altos del Museo Ferroviario, se hace también incalculable la valía de su tesauro.

Aunque soy asidua a la institución, quedé impresionada al mirar de cerca un documento recién restaurado, donde se describe el primer proyecto de tren urbano, que data 1893; el mismo aparece firmado por Enrique Loynaz del Castillo. Sí, el patriota autor del Himno Invasor, padre de la escritora cubana Dulce María Loynaz, fundó en ese mismo año la empresa de tranvías de Camagüey.

Pero no se puede hablar de un registro histórico sin la presencia del archivero, esa persona indispensable que te orienta hacia la búsqueda de documentos, organiza los materiales y brinda otros detalles de interés. El archivero es un comunicador por excelencia de todo el patrimonio que atesoran esas instituciones.

Entonces, nada mejor para celebrar la efeméride que presentarles a Marisol García Silva, quien es especialista de análisis de la información hace 18 años en la Oficina del Historiador.

Marisol

Ella es graduada de licenciatura en construcción civil y comenzó como profesora de la escuela de Oficios Francisco Sánchez Betancourt, pero al ver la importancia que se le da a la documentación en la OHCC, pasó el curso de bibliotecaria y se unió a aquel primer archivo incipiente.

Define su labor como la más bella, pues no sólo guarda y clasifica documentos, también tiene el gusto de digitalizarlos en un moderno equipo que le permite proteger los originales; pues al tener copias en imágenes en las computadoras, el cliente no tiene que tocar el papel, ya desgastado por el tiempo y la humedad.

Con mucha pasión, comenta  Marisol, que digitalizar es otra manera de conservar la historia gracias a las nuevas tecnologías. De esta manera ya cuentan con interesantes ejemplares al servicio del público, algunos tan solicitados como: un árbol genealógico de importantes familias camagüeyanas, fotos y apuntes del historiador Gustavo Sed Nieves; con sano orgullo asegura que un periódico de 1914, donde se describe todo el sepelio de Salvador Cisneros, fue muy útil para la reciente restauración de la  bóveda familiar del patriota camagüeyano.

Una anécdota

La sensibilidad ante “papeles viejos” puede ayudar a reconstruir importantes historias de la localidad, eso me dijo la archivera con los ojos húmedos, cuando aseguró que detrás de una foto viven recuerdos esenciales para contar la realidad del pasado.

La vivencia está relacionada con un señor mayor, que hace poco vino al Archivo a entregar una foto de su padre. Al indagar, supieron que la imagen corresponde a quien fuera el primer guardabarrera del callejón Van Horne, lugar de donde salía el tranvía.

Un gesto noble de quien se desprende de una reliquia familiar, para aportar a las investigaciones sobre el transporte en la ciudad.

Actualidad

Marisol es feliz en su departamento dedicado a la digitalización de documentos. Mientras conversamos, la veo disfrutar parada ante el escáner, haciendo imágenes de un viejo texto titulado Datos históricos y gráficos de la Ciudad de Camagüey; gracias a su labor pronto pondrá el libro a disposición de proyectistas y estudiantes, quienes mucho lo solicitan.

Después de mis muchas interrogantes ante el enigmático lugar, con modestia me insiste en el porqué de esta crónica sobre ella, pues allí laboran varias especialistas igual de entregadas.

No quiero decirle que es la más veterana, pues eso es pecado para las mujeres; entonces reímos, pues la experiencia acumulada y el amor por su trabajo, la hacen parte importante de ese colectivo que abre la puerta al pasado, para revivir los casi 5010 años del Camagüey.

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