Una reverencia contra el olvido

Foto: articulos.sld.cu
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Muchos camagüeyanos entre los que me incluyo, al escuchar el nombre de Esteban Borrero Echeverría, pensamos en un maestro, pues una escuela secundaria perteneciente a la Ciudad Escolar, cercana al hospital materno, lleva su nombre.

Buscando información  sobre este cubano, que se encuentra en la lista de los mejores hijos de Cuba, descubrí a un sobresaliente patriota, educador, médico y poeta.

 Sus raíces

Esteban Borrero Echeverría, nació en Camagüey el 26 de junio de 1849. Con solo 14 años comenzó a trabajar en la Comandancia de Ingenieros de Puerto Príncipe, pues su padre, simpatizaba con las causas por la libertad de la isla; fue acusado de separatista y obligado a emigrar.

Su madre para mantener a la familia comienza a dar clases en casa de allí su inclinación como educador. Poco después funda una escuela nocturna para adultos, a la que asisten personas blancas y negras. Ello constituye un elemento que permite comprender cómo tempranamente se vislumbra en Esteban Borrero su inclinación hacia la libertad humana.

El patriota y educador

Con los fundamentos anteriores, Esteban Borrero Echeverría no tarda en incorporarse a la gesta independentista iniciada en 1868. En unión de su progenitora, quien le acompaña en la manigua redentora, crea dos escuelas para la superación de los insurrectos.

Así fue secundado por discípulos suyos, incorporados a la Guerra de los Diez Años. Sus heridas en combate avalaron su ascenso al grado de Comandante del Ejército Libertador. “Fui soldado de convicción patriótica” —manifestó por aquel entonces. Pero enfermó, cayó prisionero y lo confinaron a su Camagüey natal.

Las autoridades españolas prohíben que Borrero ejerza como maestro y deciden enviarlo a la Isla de Pino. Mas, Esteban logra quedarse en La Habana, donde comienza otra importante etapa de su vida.

Como doctor

Su vocación por la medicina hace que se convierta en licenciado en esta rama del saber, así como en cirujano. Por sus méritos, obtiene una plaza de médico municipal en Puente Grande, donde pasó a residir con su esposa Consuelo Piedra Agüero. Entretanto, al concluir la Guerra Grande en 1878, se devela como poeta, herencia de su padre.

A pesar de su buena reputación como galeno, Borrero quiere más la libertad de su patria. Así, aunque no se pudo incorporar físicamente a la guerra preparada por José Martí, parte a La Florida como exiliado y desde allí continúa aportando a la independencia de Cuba.

En el destierro, su familia contribuye a la causa independentista cosiendo ropa para los mambises y recopilando fondos para la Revolución del `95, al tiempo que Esteban Borrero revalidó su título de médico, ejerció como maestro y tributó a la causa de la libertad de Cuba.

El escritor

Aunque muchos de sus textos figuran en periódicos y revistas de la  Habana al inicio del siglo pasado, Su poesía “De lo más íntimo”, da fé de sus convicciones: “Y hasta el fin seguiré/ no se vuelve al deber la espalda/ Cuando ya se ha empeñado la lucha/ hasta el fin se aguarda”.

Esteban Borrero Echeverría es nombrado delegado extraordinario de la República de Cuba en Armas en Costa Rica y El Salvador, y ministro del Gobierno Revolucionario en Centroamérica. Simultáneamente, es catedrático en San José de Costa Rica.

Después de finalizada la guerra, en 1899 ve la luz su libro “Lecturas de Pascuas” y luego publica otros trabajos de marcada valía ética. Ante el rumbo  de la Neocolonia, divulga “El ciervo encantado”, en el que se asoma a Cuba amenazada por el imperialismo yanqui.

Junto a Enrique José Varona, Esteban Borrero se enfrasca en el mejoramiento de la enseñanza pública. Entonces, logra su libro “El amigo de los niños”, que durante mucho tiempo fue texto de lectura de la Enseñanza Primaria. Alcanzó la condición de profesor en la Escuela de Pedagogía de la Universidad de La Habana, destacándose como docente de nivel superior.

Recapitulamos

El camagüeyano Esteban Borrero Echeverría fue un sobresaliente patriota y educador, médico y poeta. Una escuela en la carretera Central nos recuerda su nombre e invita a buscar en sus textos todo lo que nos legó sobre la importancia de la independencia, el honor de los hombres y sobre todo el valor de la enseñanza para conquistar la verdadera libertad: la del espíritu.

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