La creación siempre ha sido oficio de poetas, pintores o músicos. En ese gran grupo, muchas veces se olvida al que crea con sus manos sentimientos tan profundos que se eternizan en bronce, en madera o en cualquier otro material.
¿De quién hablamos? Del artesano, de ese artista que surge único y original como su propio oficio.
Para todas las profesiones y fenómenos existen Días Mundiales. El del Artesano no está exento de celebración. Por eso, cada 19 de marzo rendimos homenaje a ese antiguo oficio manual que requiere destreza y creatividad para la creación de piezas artísticas.
¿Por qué el 19 de marzo?
La fecha de celebración de este Día Internacional coincide con el Día de San José celebrado por la religión católica, quien era carpintero y artesano de oficio.
El talento, la creatividad e imaginación de los artesanos son sello distintivo del patrimonio cultural del mundo y de Cuba.
No podemos hablar de artesanía sin mirar a nuestro alrededor en cada época histórica que traduce una producción de la misma.
En la actualidad, existen proyectos que se centran en la utilización de la economía naranja, para activar el patrimonio de zonas con alto valor. Uno de ellos lo tenemos presente en Camagüey.
Industrias creativas desde Camagüey
Las industrias creativas se han convertido en una manera moderna e inteligente de salvaguardar valores y aprovechar oportunidades locales para no dejar morir lo que nos representa.
En nuestro terruño, cinco plazas de alto valor traducirán a través de las manifestaciones artísticas las tradiciones que portamos, entre ellas, la artesanía.
Sería interminable la lista de insignes artesanos que nos prestigian con sus obras, formando parte activa de las plazas, parques e instituciones culturales de la ciudad. Es justo decir que agradecemos su producción e inspiración para seguir haciendo de Camagüey un estandarte de cultura no solo en Cuba, sino en el mundo.
Nunca olvidemos que ser artesano es crear arte, mediante la utilización de todos los sentidos; y que la artesanía tradicional constituye la manifestación más tangible del patrimonio cultural inmaterial.