Vocacional Máximo Gómez: la Gran Escuela

Fotos: Cortesía de la autora
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Hacía mucho que planeaban este encuentro, por fin llegó el día, los ex-alumnos de la Vocacional, del curso 1979-1985, de varios grupos, se reunieron en el bar-Palacio de los Matrimonios, para rememorar los años que casi todos catalogan como los mejores de la juventud.

Los primeros en llegar fueron Herlán, Ana María y Anisia, los organizadores de la reunión, para ultimar los detalles sobre varios momentos especiales, que sorprenderían a sus compañeros.

Luego se unieron Niurka, Isabel, Nubia y así fueron llegando hasta sumar 26, de ellos sólo 5 varones, el predominio fue de mujeres. A la llegada de un nuevo participante se agolpaban emociones, mucha alegría, curiosidad por el camino que ha recorrido cada cual y sobre todo, ese cariño eterno que dejó con lazos indelebles, a quienes crecieron y se formaron en la Vocacional de Camagüey.

Una canción a los amigos

Raiza guarda fresco su talento para el canto, por eso compuso una canción que incluye a todos, sus travesuras, los momentos vividos, los sueños, los abrazos y agradece a la vida por haberlos unido en la juventud. Las lágrimas afloraron en muchas miradas, que entre acordes fueron reviviendo la camaradería y los recuerdos de aquella edad cuando se asomaron al camino de su vida profesional. Ovación cerrada y abrazos, dieron paso a algo más.

Una boda en el palacio

Según la tradición, si estas en ese Palacio debe haber celebración de quinces y bodas, para no faltar a la idea dos muchachas del grupo lucieron trajes de quinceañeras, para recordar ese acontecimiento tan importante para la familia y los amigos, que marca el salto de niña a mujer.

Luego Herlán y Loli, que se habían casado en España hace unos 10 años, y guardaban sus deseos de hacerlo en Cuba, aprovecharon el lugar, el traje de novia y la colega notaria (Isabelita), para compartir su alegría en tan singular encuentro, no faltaron los vivas y buenos deseos a la desenfadada unión.

 

La danza

Otro espacio de confluencia y camaradería fue sin dudas para estos alumnos la danza, los bailes tradicionales eran su práctica diaria, por eso, con abanicos y un solo caballero (Herlán) danzón, mambo, chachachá y contradanza, animaron a las seis bailadoras, que aún recuerdan el ritmo y la coreografía.

Aplausos y risas fueron animando la fiesta, que sumó a la mayoría en una gran conga, bromas picantes, chistes de aquellos días del pre y finalmente, cuando ya aguardaban para cenar… llegó una de las bailadoras que esperaban, Carmencita, la pareja de baile de Herlán en aquel grupo de danza. Hubo que repetir el danzón y posar para la foto, su abanico estaba esperándola.

Conversando

Mi alma de cronista no podía dejar pasar tan bello encuentro de ex-vocacionales, para conocer de unos y otros, qué son en la actualidad, qué guardan de esa inolvidable etapa de estudios y cuán unidos siguen hoy.

El desarrollo de las comunicaciones les permite mantenerse en contacto, reencontrar a los que habían dejado de ver y sobre todo, ayudarse en la vida, algo que el cubano no deja de hacer nunca, por lejos que esté de su tierra.

Con mi vista aguzada para los detalles pude apreciar, que en ese grupo hay varios médicos, enfermeras, maestras, directivos de salud, educación y gobierno, ingenieros y arquitectos, guías de turismo, abogados, en fin, todos universitarios.

Camagüeyanos que aportan al desarrollo de la ciudad, desde diversas posiciones, razón que ratifica cómo la Vocacional, ha sido por más de 40 años una gran escuela, crisol de profesionales, pero sobre todo de seres humanos sensibles, amantes de su tierra y orgullosos de sus raíces.

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