Cada vez es más frecuente escuchar Carlos Juan Finlay para hacer referencia al destacado científico cubano, descubridor del agente transmisor de la Fiebre Amarilla. Estudios de especialistas de la Casa Natal Carlos J. Finlay y la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey demuestran que (Carlos Juan) es una manera incorrecta de pronunciar su nombre.

María del Carmen Portón Guillemí, directora de la Casa Natal Carlos J. Finlay nos comenta al respecto:

“Si vamos a los datos oficiales que constan en el Arzobispado de Camagüey encontramos que Finlay, está inscrito con el nombre de Juan Carlos Finlay Barrés. Esto consta en el Libro de Blancos, número 16 en el folio 153 número 576.5.”

¿Cuál es la forma correcta de nombrarlo?

“Hay dos formas, una es Juan Carlos Finlay que es su nombre de pila, pero de no utilizar este, se puede nombrar como Carlos J. Finlay; la Jota como la utilizaba él, una Jota muda, con un punto al final.”

¿A qué se debe esta confusión?

Finlay tiene tres hijos, uno de ellos, Carlos Eduardo, estudia la carrera de medicina y cuando se gradúa empieza a emitir sus recetas como Carlos Finlay; aparece por tanto una confusión entre qué receta era de uno u otro. Entonces el sabio cubano decide en su etapa de adultez comenzar a firmar sus recetas como Carlos J. Finlay, para diferenciar su firma a la de su hijo y evitar las confusiones.”

Juan Carlos o Carlos J. Finlay está presente en cada una de las vacunas cubanas contra la Covid 19, cuya inoculación masiva para niños y adolescentes ya inició en el territorio agramontino. De igual manera está presente en cada logro de la ciencia cubana a través de organismos como el Instituto Finlay de Vacunas. Es tarea de todos rendirle tributo de una manera adecuada, no solo a través del justo reconocimiento a su legado sino también con la correcta difusión de su nombre.