Recordando al Historiador de la Ciudad: Gustavo Sed

Foto: Archivo OHCC
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Gustavo Adolfo Sed Nieves[1] gozó de la dicha de tener, —como refiera de él don Gaspar Betancourt Cisneros, El Lugareño—, «una amiga, Doña Camagüey; y una querida, la Camagüey; y una madre, Mamá Camagüey». Más preciso, la historia del Camagüey.

De niño se rodeó de viejos papeles y escritos, cuadernillos de notas, periódicos, autógrafos, fotografías, postales, revistas y libros diversos… Todo ese material lo fue coleccionando celosa y cuidadosamente. Gustavo apenas tuvo juguetes, porque prefería curiosear y saber de la vida social y cultural de su terruño, de sus costumbres y tradiciones de los lugareños. Sed anhelaba escribir un día acerca de nuestras luchas por la independencia y del papel protagónico de sus líderes regionales.

Sus generales del Ejército Libertador

Según refiera en una oportunidad, comenzó a reunir notas relativos a los hombres imprescindibles de la Guerra de los Diez Años y de la Guerra de Independencia de 1895. Familiares y allegados de integrantes del Consejo Territorial de Veteranos de la Independencia le hicieron llegar cartas, órdenes militares, libretas de apuntes y otros escritos pertenecientes a los generales del Camagüey.

De la familia del general de brigada Javier de la Vega obtuvo importantes documentos. De los generales Bernabé Boza Sánchez y Manuel Boza Agramonte completó apuntes singulares, como mismo del general Fernando Espinosa y de José Gómez Cardoso, de quien obtuvo los únicos datos disponibles para su biografía. Del general Gregorio Benítez (Goyo) solo le faltó saber la fecha de su nacimiento, aunque supo que residió en casa esquinera de la calle que hoy lleva su nombre.

Y del Mayor Ignacio Agramonte reunió información que atesora Herminia Agramonte Simoni; de Ignacio Eduardo Betancourt; y de otros descendientes del prócer. De los generales Eugenio y Armando, hijos de «Pancho» Sánchez y de «Concha» Agramonte, completó apuntes biográficos que obtuvo en la capital cubana.[2] Por cierto, una carta de Concha Agramonte la hacía revelar en su rol de agente comunicante o de la inteligencia con el seudónimo «Habana».[3]

Gustavo Sed completó así el material histórico para realizar la primera versión de Generales Camagüeyanos que saldría de imprenta, en septiembre de 1980. Por cierto, texto de apenas 73 páginas carente de prólogo y de otros requisitos editoriales, y sin que figurara su nombre a pesar de que el gremio de historiadores, activistas y docentes de historia regional sabían de la valía y del imprescindible aporte suyo. Aun insuficiencias que lastran el texto vale saberse que Gustavo dejó información de nuestros generales para ampliar y hacer perfectible esa obra primigenia para honrar a nuestros luchadores por la libertad e independencia.

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Estamos convencidos que el próximo texto verá la luz con su nombre, y en el prólogo no faltarán palabras de agradecimiento póstumo a su obra de toda una vida consagrada a la historia y a la defensa de la cubanía y del etnos Agramontino.

[1] Gustavo Sed nació el 5 de agosto de 1942 y falleció el 2 de febrero de 2000, fecha de celebración de la creación hispana de la villa de Santa María del Puerto del Príncipe (1514) y del homenaje a la Patrona Titular la Virgen de la Candelaria.

[2] Nuestro historiador reunió datos relativos a la vida familiar de nuestros generales tras el cese de las hostilidades con España, de sus casas donde residieron, de amores, descendencia, propiedades rurales y de otros asuntos de interés político y social.

[3] El autor de estas líneas tuvo el privilegio de leer dicha carta y saber que en sus visitas de Concha Agramonte a la Plaza de Armas, actual Parque Ignacio Agramonte, allí realizaba contactos e intercambio de informaciones con agentes provenientes del campo insurrecto. Esas revelaciones no quedaron contenidas en el texto biográfico  realizado en su honor en la República, tal vez, por quedar la carta para uso privado familiar.

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