Los camagüeyanos continúan disfrutando de los recorridos de verano que ofrece la Oficina del Historiador. Esta vez el viaje tuvo como destino el poblado de Jaronú, declarado en el 2008 como Monumento Nacional y en 2018 Premio Nacional de Restauración, distinción que otorga el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.

Este pueblo del municipio de Esmeralda, que inició su construcción en 1919, luego del huracán Irma fue restaurado casi en su totalidad, pues las afectaciones en viviendas y edificaciones fueron considerables.

La primera parada resulta La Casona, construcción principal del batey y la que fuera vivienda del administrador del central azucarero al que debe su nombre la localidad. Luego los visitantes se dirigen a la iglesia San José Obrero, para después caminar por las calles y reconocer la arquitectura representativa de la época y del patrimonio industrial cubano.

La guía les explica algunas de las curiosidades del pueblo, como que las labores constructivas culminaron en 1921 y que en sus inicios las instalaciones eléctricas fueron soterradas.

Al mediodía, tanto visitantes como pobladores, disfrutaron de las siempre gustadas actuaciones del mago Cintra y el solista Raidel Rojas para después degustar de ofertas gastronómicas en el restaurante El Colonial.

Combinar la diversión con el aprendizaje y el disfrute de propuestas culturales es el principal objetivo de la Oficina del Historiador, institución que no escatima esfuerzos ni recursos por crear espacios como este, donde el verano se vive mejor.