Camilo regresa al Camagüey cada primero de mayo

Fotos: Archivo OHCC
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Para el combatiente de la clandestinidad, el Escambray y la batalla de Santa Clara, Antonio Agustín Fontes Carbajo, es un privilegio haber estado cerca del Señor de la Vanguardia en sus dos últimas visitas a Camagüey.

Rememorar aquellas horas de Camilo con el pueblo camagüeyano, hace más de seis décadas, para él, se acompaña de un estremecimiento que honra y, al mismo tiempo, convida a saber.

Desde aquel día primero de mayo de 1959, Fonte se siente mucho más orgulloso de ser camagüeyano: Se decían muchas cosas incorrectas sobre esta tierra y de sus jóvenes, y todas fueron rectificadas por Camilo en la multitudinaria concentración de pueblo que se agrupó en el Casino Campestre.

Recordando

Cierra sus ojos y aún puede sentir el murmullo en las calles, revive aquel singular contexto de la historia. Comenta que hasta ese momento no se hacían desfiles. A Batista no le convenía que hubiese escenarios para la conspiración ni que estos tomaran fuerza. Los 1ro de mayo acababan siempre en un enfrentamiento, principalmente entre los jóvenes que se atrevían a salir y el ejército de casquitos que trataba de neutralizarlos.

El amanecer de aquel 1ro de mayo de 1959 sorprendió a todos despiertos. La gente esperaba a Camilo. Todos estábamos atentos a su llegada y luego a su marcha por las calles. Era un mar de pueblo lo que se había agrupado para compartir con él.

La jornada arrancó desde la Plaza de Méndez, lugar sagrado e histórico para los camagüeyanos, hasta alcanzar la Avenida de los Mártires. Luego bajó por calle República hasta Ignacio Agramonte y allí, en la Plaza de los Trabajadores, tuvo lugar una repentina parada de Camilo para decir unas palabras.

Después el pueblo enardecido tomó la calle Cisneros, para cruzar sobre el Puente de la Caridad, abordar la amplia calle que está frente a la escalinata del preuniversitario Álvaro Morell y por último desembocar en el legendario parque Casino Campestre, ya pasadas las 11:30 de la mañana donde Camilo pronunciaría su discurso.

«Camilo alentó a no detener la marcha, a continuarla. Solo detuvo el recorrido en un momento en que sintió que debía decirle algo a ese pueblo que lo ovacionaba a su paso. Ahí fue cuando comprendí su humildad, porque otro hubiera esperado el acto, pero él no pudo. Porque para Camilo lo primero era el pueblo que estaba en la calle apoyando a la Revolución y a Fidel».

Aproximadamente unos 15 minutos duró el discurso del Héroe de Yaguajay aquel 1ro de mayo, de hace 63 años. Fueron los minutos más esclarecedores que hasta ese momento habían escuchado en toda su vida, según comenta Fontes y otros combatientes, que recuerdan y guardan los detalles de aquella histórica ocasión.

Las palabras de Camilo a los camagüeyanos

Con orgullo y seguridad, Antonio recalca que en las sentidas palabras de Camilo nunca hubo agravio, sino un cariño inmenso por esta tierra y por todos sus hijos.

«Él con sus ideas aclaró todo lo mal dicho y mal intencionado que se señalaba sobre lo que ocurrió en su trayecto por los extensos parajes camagüeyanos, durante la Invasión en 1958, y también desmintió a las personas que venían sembrando falso rumor sobre nuestra gente.»

El comandante del sombrero alón explicó, además, lo difícil de aquella travesía, y enalteció a las figuras de Alfredo Álvarez Mola y Mario Herrero Toscano, porque a pesar de sus enfermedades y de lo que padecieron, no claudicaron en su tarea y por su valor deben ser recordados siempre.

El homenaje

Para Antonio Fontes, Camilo es una de las figuras más genuinas de la Revolución cubana, al acercarnos a la tarja que abriga el propio escenario, donde tuvo lugar su encuentro con el pueblo, hace 63 años en el Casino Campestre, veo ternura en sus ojos.

Las palabras de Camilo con aquel llamado a la unidad que se mantiene hoy con la misma fuerza para los cubanos, reclamaban que eran momentos de marchar en cuadro apretado, planteó los problemas a resolver y expresó que “había que seguir adelante con la Revolución.”

En aquel bullicioso encuentro, el bravo pueblo del Camagüey aplaudió a Camilo con admiración y respeto, fue un intercambio entre iguales, nadie imaginaba que regresaría solo unos meses después para su eterna despedida, este fue el otro momento en que Fontes estuvo cerca de Camilo.

Parados frente al sencillo monumento, que perpetúa la celebración de aquel primero de mayo en Camagüey después del triunfo de la Revolución, se nos fue la mañana, al revivir tantos recuerdos y emociones, el combatiente se queda buscando en sus pensamientos y apuntando a la tarja asevera: los camagüeyanos orgullosos de nuestra historia, debemos preguntarnos a cada rato: ¿Voy bien Camilo?

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