Hace algunas noches estaba hablando con la amiga Alicia Botella, una oyente de oro de la radio y me comentaba que extrañaba las secciones de participación, en las que se compartían recetas de cocina.
En ese momento acababa de hacer natilla de chocolate y la estaba decorando con merengue, entonces el aroma se quedó en el aire y nos pusimos a intercambiar sobre recetas caseras a base de ese ingrediente de los dioses; que a la mayoría de las personas les gusta y se mantiene desde varias generaciones atrás en nuestras mesas.
Así, buscando en el recuerdo, me comentó sobre el pudin y el flan de chocolate que hacía su mamá, de los bombones caseros y los más pequeños llamados besitos, galletas de chocolate y de otras delicias que combinan coco o maní con este elemento, para deleitarnos con un delicioso turrón.
Sé que ahora mientras lees esta crónica, estarás deseando tomar un refrescante batido de chocolate y vainilla, pero te pregunto: ¿sabes de dónde viene el chocolate?
Orígenes
Según cuenta una leyenda de la civilización Maya que encontré en un artículo, el chocolate tiene su origen en México, donde el Dios Quetzalcoatl regaló el árbol de cacao a los hombres; años después se bautizó con el nombre científico Theobroma Cacao, que se traduce del griego como “alimento de los dioses”.
De esa hermosa tradición oral nos llegó que, Quetzalcóatl dió a los Toltecas los granos de cacao, para que su pueblo estuviera bien alimentado y con esa magia y fortaleza pudieran ser personas estudiosas, sabias, artistas y artesanas.
Forma de consumo
En América pre-hispánica almacenar o beber el chocolate en agua, era sólo para guerreros o personajes de la alta sociedad, y en algunos casos se destinaba a celebraciones o ritos. Con la conquista viajó a Europa y de ahí a todo el mundo. Pero las regiones mexicanas de Tabasco, Campeche y Chiapas, en la costa del Pacífico y en todas las zonas donde se desarrolló la cultura Maya, son las pioneras en cultivar y procesar este maravilloso alimento.
El pueblo Maya descubrió que, si las semillas de cacao se tostaban y se mezclaban con agua y otros ingredientes como el maíz, el resultado era una bebida rica y nutritiva, a la que llamaron “Xocolatl”, que significa “agua amarga”. Muy similar sin dudas al nombre que nos llegó.
Pero otras civilizaciones precolombinas también lo aprovecharon, pues más tarde llegaron los Aztecas, quienes preparaban un chocolate muy parecido al de los Mayas. La diferencia era que los Mayas lo tomaban caliente y los Aztecas frío o al tiempo.
Para la salud
Además de ser adictivo y agradable, el chocolate y sus derivados contienen elementos altamente nutritivos, por contener grasas, proteínas, carbohidratos, minerales y vitaminas.
Todos esos nutrientes generan beneficios para la salud, por contener propiedades antioxidantes; es decir, tiene una acción activa en la prevención y el desarrollo de enfermedades crónicas, cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, Alzheimer, Parkinson, diabetes y regula el colesterol, por ser tan energético.
Desde la literatura
En el Camagüey el gusto por el chocolate es bien antiguo, pues en algunas crónicas de El Lugareño y en obras de Gertrudis Gómez de Avellaneda, es nombrado por estar en la preferencia de los príncipeños de su tiempo.
Hoy podemos encontrar chocolate en forma de bombones en muchos establecimientos particulares, también acompañando diversas preparaciones de café. Es ideal con leche caliente para el desayuno de los niños y en el postre de cualquier familia, que como la de la amiga Alicia, hace una sencilla natilla y nos invita a darle un gusto al paladar.