Con la experiencia y el compromiso de celebrar junto a la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey, un año más de vida, respiran hombre y mujeres que inscriben sus memorias en una institución que cumplirá el próximo día 24, veintitrés febreros. Una institución que es reflejo del patrimonio, la cultura y su preservación.
Ellos no pueden esperan para contarnos…
“Laboro hace más de 18 años en la Oficina. Me gusta mi trabajo, lo disfruto, quisiera tener la oportunidad de seguir superándome. Mis relaciones con mis compañeros son muy buenas; me siento como en casa”, así compartió sus memorias con nosotros Sonia Bueno Betancourt, actual recepcionista del Centro de Convenciones Santa Cecilia, quien le imprime a su trabajo la mejor de las sonrisas.
Para Fernando Crespo, investigador consagrado de la institución, sus más de 20 años laborando en diferentes áreas de la Oficina como el Equipo Técnico de Conservación y Restauración de la ciudad, Patrimonio, la Plaza de la Revolución; y en la actualidad dentro de la Dirección de Investigaciones de la institución; la ciudad y su historia marcan su vida.
“Trabajar en la entidad ha sido una oportunidad para vincularme a la noble tarea que representa la conservación del patrimonio, resulta una misión muy importante poder rescatar, conservar y proteger esta ciudad histórica que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. El empeño y la meta que me queda por delante es la de seguir investigando y así aportarle lo mejor de mi persona a la prestigiosa institución que desde un inicio me acogió con amor.”
A Mabel Aladro Ruiz, otrora directora de la oficina de Patrimonio del Centro Histórico, hoy colaboradora destacada luego de su jubilación; el trabajo de la Oficina ha marcado su existencia.
“Me preguntas qué significa la Oficina del Historiador para mí… Imagínate, después de haberle dedicado casi veinte años de trabajo de manera ininterrumpida, y ahora después de jubilada continuar siendo su colaboradora ferviente, te darás cuenta que es para mí como mi casa, mi inspiración, mi escuela, pues aunque no lo creas, diariamente aprendo algo, si no es de sus especialistas, es de los niños con los que trabajo en el proyecto de las aulas patrimoniales o de las personas con las que me comunico o me interceptan en la calle .
¡Es tal mi sentido de pertenencia por esta institución que logro emocionarme con todo lo bueno que le ocurre, y por qué no, sufro también los embates que en ocasiones la sacuden! Porque como decía mi abuela…de todo hay en las viñas del Señor…, y …en cualquier parte cuecen aves…; por eso orgullo y satisfacción experimento por pertenecer junto a ese equipo de personas que cada día afirmamos…, “somos patrimonio”.
En la Oficina los deseos de alcanzar resultados positivos en todas las direcciones, lleva año tras año a sus trabajadores y colaboradores, a defender el patrimonio de esta ciudad añeja y moderna que enamora al visitante, al residente y por supuesto a todas esas personitas que velan cada minuto por preservar la historia y las tradiciones que nos distinguen como camagüeyanos.