Los estudios zooarqueológico, en la actualidad, han ido ganando campo en el terreno de la arqueología, gracias a que sus resultados han demostrado ser un recurso eficiente para el conocimiento de las relaciones del hombre con los animales, a través del tiempo.
Es importante tener en cuenta los avances metodológicos y las nuevas tendencias que esta subdisciplina retoma, ya que los mismos pueden proporcionarnos información relevante, que abre nuevas perspectivas para el estudio de las sociedades pasadas.
¿De la investigación zooarqueológica?
Resulta característico la investigación en la zooarqueología, esta precisa de tiempo y dedicación al estudio detallado de cada uno de los restos óseos, los que nos pueden brindar la más variada información (Fig. 1).
Entre otras, el tipo de fauna cuantificada en espacios arqueológicos, que constituye un elemento significativo, pues nos enseñan sobre las relaciones del hombre y los animales del pasado; llevando consigo aspectos como la domesticación, alimentación, ritos funerarios o manifestaciones artísticas.
Dentro de las especies que son más frecuentes de encontrar en los sitios excavados en nuestro centro histórico están: Bos tauruss (vaca-Fig 2) y Surf scrofa (cerdo). Aves como Gallus gallus (gallina doméstica-Fig 3), peces óseos (Fig 4 y 5); dentro de los peces óseos es muy frecuente encontrar restos pertenecientes al género Lutjanus, este incluye variedades conocidas como: Pargos, Cuberas, Caballerote, Biajaibas, Cají, Jocú y Ojanco.
Sin dejar de mencionar animales de compañía como Canis familiaris, perros domésticos, felinos (gatos), además de ejemplares de la fauna silvestre como la jutia y codorniz.
En el caso de algunas especies como Bos tauruss (vaca), no solo queda la evidencia de restos óseos identificados en los sitios, se confirma, al consultar documentación histórica que reseña la época, que por ejemplo en la etapa colonial, la comarca de Santa María del Puerto del Príncipe destacó por ser ganadera desde sus primeros años.
Para el equipo de arqueología de la Subdirección de Investigaciones de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey (OHCC), ha sido un reto permanente la búsqueda de cualquier huella que nos conduzca en el tiempo, capaz de brindar información necesaria de un espacio determinado.
¿Algunos de los sitios y contextos estudiados?
Cada lugar tiene sus peculiaridades que, unido a la información documental, va atrapando y convirtiéndolo en una encantadora travesía por el tiempo. Tal es el caso de Pueblo Viejo de Nuevitas, donde se encuentran huellas del primer asentamiento, donde el material arqueológico exhumado sugirió una ocupación temprana desde la mitad del siglo XVI hasta el XVIII, con estratos antrópicos indígenas y marcados elementos culturales, que nos remontan hasta el siglo XVIII e inicios del XIX.
Detrás de las ruinas de los edificios y espacios, tan conocidos como el antiguo Hotel Habana (Cisneros # 208), aparecieron restos muy variados, que remontó a los primeros años del siglo XVIII y el XIX.
El Regidor (Independencia # 219), hoy Centro de Gestión Cultural de la OHCC, también aportó valiosa información, pues el material cultural exhumado se identificó como perteneciente al siglo XIX y principios del XX; también algunos ítems de finales del siglo XVIII, remontan su uso hacia esa centuria.
Para todo camagüeyano escuchar sobre la Iglesia de San Juan De Dios, es sentir una parte de nuestra historia, por eso la intervención arqueológica en ese lugar fue algo particular y, como siempre, dejó prendidas las pretensiones de seguir detrás de las evidencias. Aquí fueron revelados fragmentos y piezas, que nos situaron en un rango cronológico que va del siglo XVI al XVIII.
Existen otros sitios estudiados en nuestro centro histórico que, sin restarles importancia, quedan como punto de partida para futuros trabajos a realizar.