Un acercamiento a Jaronú desde el estilo, estructura y peculiaridades de su entorno (+GALERIA)

Fotos: Marianne Portuondo
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Un trazado urbanístico regular y la singularidad en su arquitectura, caracterizan el Batey Jaronú, sitio histórico declarado Monumento Nacional desde el año 2008.

Este batey es considerado un acertado ejemplo de arquitectura y urbanismo. Las 18 manzanas divididas en bloques de a 9, responden en cuanto a su imagen a la influencia de la arquitectura norteamericana desarrollada fundamentalmente al sur de Estados Unidos; en su momento, fue encargado con el objetivo de lograr una urbanización a pequeña escala.

La casona principal era la vivienda del representante del dueño del central, construida en el año 1919. Tras el paso del tiempo la misma ha cumplido diversas funciones.

Frente a esta se encuentra la iglesia, por constituir otro símbolo de poder de la época. En el lugar pueden admirarse lucernarios y vitrales, así como los objetos propios de un santuario concebido para la adoración, la meditación y el rezo: tal es el caso del crucifijo, la urna que protege la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre y la del Santísimo.

Por la productividad de las tierras, se decide construir el central Jaronú en 1919, rompiendo con un record de construcción al finalizarse en 1921: a solo dos años de iniciada la misma. Jaronú se convirtió desde sus inicios en uno de los más productivos del país y del mundo.

Un verdadero coloso fue este central, que llegó a moler en un día más de un millón de arrobas de caña y fue la principal fuente de empleo de los hombres del lugar.

Tras el paso del huracán Irma el 98% del poblado quedo devastado, con derrumbes totales y parciales de sus viviendas. Por ello, la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey llevó a cabo un amplio proceso de restauración en el mismo y en la actualidad se incluye como un destino dentro de los habituales recorridos que ofrece la propia Oficina.

En el pueblo existen tres tipologías de viviendas: individuales para empleados, las casas en tiras para los obreros que trabajaban en el central, y las cuarterías divididas para personas blancas y negras, como mismo ocurría con las escuelas; muestra de las diferencias raciales, sociales y de clases existentes en la época.

Estratificación social que aunque ya no existe, dejó una huella que perduró en el tiempo y se advierte en el estilo, la estructura y las peculiares características del lugar.

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