Al traspasar en mi niñez el solemne edificio sede de la Biblioteca Provincial Julio Antonio Mella, siempre quedaba fascinada por la majestuosidad de la escalera, lámparas, los amplios salones del inmueble y el murmullo imperceptible de los usuarios.
Los antecedentes expuestos por Juan Torres Lasquetti y Juárez Cano sobre la presencia de un espacio similar a una biblioteca pública en la ciudad se remontan al año 1831, cuando patrocinada por la Sociedad Económica Amigos del País, se ubica en una celda de la Iglesia de la Merced un área para estos fines donde llegaron también los materiales confiscados a los patriotas principeños.
Existen datos que indican que el Círculo de Trabajadores en 1871, fundó otra biblioteca pública, que sobrevivió en el siglo XX por las gestiones del centro para mantener sus funciones y los donativos de textos cubanos y extranjeros. Finalmente, el 15 de julio de 1902 quedó inaugurada la biblioteca “La Avellaneda.
A pesar que la ciudad poseía lugares dedicados a las funciones bibliotecarias en las sedes de sociedades de instrucción y recreo, museo y asociaciones, la carencia de una con rasgos públicos en una instalación propia para esos fines constituía un hecho impostergable que se hace realidad con el nacimiento de la Biblioteca Provincial Julio Antonio Mella el primero de junio de 1963.
Una edificación de valor
Ubicada en uno de los entornos más importantes del centro histórico de la ciudad, constituye una de las edificaciones camagüeyanas más atractivas. Desde la colonia hasta el presente la arquitectura resalta el esplendor de la antigua residencia de Agustín Cisneros e Hidalgo, primer marqués de Santa Lucía, y posteriormente de las sedes de las sociedades de instrucción y recreo La Filarmónica de Puerto Príncipe y el Liceo.
Sin lugar a dudas, la Filarmónica y luego el Liceo fueron sitios donde las tertulias artísticas sirvieron para revelar el talento local en las artes, letras y cantos, a la vez que las discusiones de proyectos progresistas en la educación, la política y la cultura, animaban el pensamiento anticolonial en miembros de las familias Agramonte, Cisneros, Betancourt, Recio, Luaces, Varona, Agüeros, entre otros.
Entre los acontecimientos más significativos que tuvieron lugar allí, sobresale el homenaje a la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda en 1860. Durante las gestas independentistas entre 1868 y 1895 cierra sus puertas al marchar muchos de sus socios a los campos insurrectos, ocasión aprovechada por las autoridades colonialistas para establecer en el lugar el Casino Español.
Durante la primera mitad del siglo XX, recupera progresivamente el Liceo su magnificencia, en especial con las modificaciones en su fachada y en el interior emprendidas a finales de la década de 1940. Se convierte en uno de los locales más importantes de la ciudad para las actividades recreativas de la élite camagüeyana.

¿Cómo se convierte la edificación en la Biblioteca Provincial Julio Antonio Mella? La respuesta marcaría la historia cultural de la provincia. Ocupado en 1959 como sede del Círculo Social Obrero Patricio Lumumba, luego se instaló allí la Coordinación Provincial de Cultura, en el intercambio del Comandante Ernesto Guevara el 10 de octubre de 1960 con el escritor y coordinador de cultura Luis Suardíaz, le propone al mismo que se ubique allí la Biblioteca Provincial de Camagüey.
Seguidamente de forma simultánea realizan cambios para su nuevo uso, y se conforma el patrimonio bibliográfico con fondos de la Biblioteca Isabel Esperanza Betancourt – que poseía materiales desde su época anexa al Museo Provincial Ignacio Agramonte- enriquecidos también por el aporte de la Biblioteca del gobierno provincial Reynaldo León Llera con volúmenes donados a su vez por su homóloga del Círculo de Trabajadores.
Coincidentemente en el mes de junio la Biblioteca Julio Antonio Mella se viste de gala, cada primero conmemora un aniversario de su fundación, mientras el día siete junto a los colegas de ramo en país celebran el día del bibliotecario en honor Al nacimiento del bibliógrafo Antonio Bachiller y Morales.

Y si usted desea, más allá de realizar lecturas imprescindibles para sus tareas escolares, investigaciones o simplemente saciar su curiosidad sobre un tema, le invito asistir a la promoción de la lectura a través de talleres, actividades caracterizadas para las diversas edades, extensiones, etc., que realiza la biblioteca. Entre ellas el Encuentro de Escritores Camagüeyanos que trasciende la localidad para prestigiar a la ciudad Cuna de la literatura cubana.