China en Camagüey
Varias son las referencias culturales y fuentes primarias de archivos que nos aproximan a indicios de la presencia china en la antigua región de Puerto Príncipe, actual provincia de Camagüey, en el siglo XIX.Algunos, después de arribar directamente en el cargamento que arribara a la rada habanera en junio de 1847, pasaron a nuestra región a desempeñar las más variadas labores del campo. Engañados por contratistas españoles e ingleses, quienes les habrían ofrecido todo tipo de “ventajosas ganancias” en la Mayor de las Antillas, los primeros arribantescoolíeso contratados, pronto comenzaron a dar señales de rebeldía y de resistencia al régimen colonial; que les impuso tratos abusivos y degradantes en las haciendas de labor.Es conocido, en una de estas haciendas en nuestra región, la sublevación de una docena de chinos que,ante los fustazos dados por un mayoral, en respuesta la emprendieron a golpes de azadón y machetes contra este, hasta causarle la muerte.
Otros fueron los casos de chinos que, ante la humillación y los crueles castigos que aguardaban a sus protestas y rebeldía, prefirieron la muerte lanzándose a aljibes o ahorcándose en un árbol. Incidentes indignantes cuya culpabilidad recayó sobre los esclavistas y terratenientes de la época. Estos antecedentes provocaronque decenas de chinos prefirieran incorporarse a las primeras partidas armadas de patriotas camagüeyanos, tan pronto estalló la primera de nuestras guerras emancipadoras, en el siglo XIX. De ese modo, hicieron armas siguiendo anuestros mambises y a los negros ex esclavos sacados a la fuerza de África, para emprender la ruta de la libertad y la igualdad.
Es conocido que, al asumir El Mayor Ignacio Agramonte parte del Ejército de Las Villas, pasaron directamente bajo sus órdenes decenas de combatientes chinos, ya identificados con la causa independentista cubana. Agramonte les tuvo gran estimación y les acogió como a hijos del terruño propio. Sabida es la anécdota de un oficial villareño, que solicitara a El Mayor descargarlo de la responsabilidad de la tropa china. Alejado de las miradas y oídos en el campamento, Agramonte fustigó esa solicitud y obligó al oficial a cargo de los chinos a mantenerse en cumplimiento del deber, y velar por esos valientes combatientes del Ejército Libertador.
Ese hecho de humanismo característico de Agramonte,debió multiplicar el aprecio que ya sentían los chinos por El Mayor. Y debió crecer más el apego al jefe de la Caballería Camagüeyana,al compartir armas chinos y camagüeyanos en la sabana de Bayatabo o Minas de Juan Rodríguez, para batir a una columna española en el año 1870. Por cierto, combate en el que un soldado chino,tras rebasar las líneas enemigas después de agotadas las municiones de su carabina y en hábil maniobra [¿de arte marcial?], dejó fuera de combate a tres militares, tras arrojarse sobre su trinchera.
Este solo ejemplo explica sobremanera los lazos históricos combativos y de honda hermandad, entre China y Cuba. Sangre china y cubana derramada por la misma libertad, igualdad e independencia.[1]
[1] El autor culminó un libro dedicado a la presencia china en Camagüey, obra con la que rinde tributo a ese importante componente social que se integró a nuestra regionalidad y camagüeyanidad.