El boicot de los latifundistas no progresó

Foto: Archivo OHCC
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Por: Enrique Atienzar Rivero

El 12 de abril de  1959 en la clausura del Congreso Provincial Campesino, efectuado en los predios del parque Finlay, Fidel anunció que Camagüey sería la provincia, donde más ampliamente se desarrollaría  la reforma agraria por existir muchas tierras que no estaban en producción y existían muchos latifundios.

“Y eso –dijo—que todavía no se ha creado el Instituto Nacional de Reforma Agraria”, nacido un día como hoy, 4 de junio, hace 66 años, en medio de las grandes presiones  para boicotearla.

El tono de disociar los empeños  de la naciente Revolución, de entregar tierra a los campesinos, lo marcó el 7 de junio la declaración  de la Sección de Ganaderos de Camagüey, de rechazo a la redacción  de la Ley de Reforma Agraria, antesala de lo que luego ocurriría con la nefasta traición de Hubert Matos.

La presencia de Fidel en Camagüey no dejó de sentirse, el 22 de junio en el antiguo regimiento militar Ignacio Agramonte, hoy Ciudad Escolar, analizó la marcha de la reforma agraria y, al día siguiente, ante las cámaras del Canal 11 de Televisión Camagüey prestó declaraciones sobre las medidas ante las provocaciones de los ganaderos y la intervención  de fincas con más de cien caballerías.

(…) Nosotros no hacemos reforma agraria para agredir a nadie en lo personal ni mucho menos, es una necesidad  de la nación.

(…) Empezamos la reforma agraria por los latifundios grandes, obligados  por ellos, porque nos han obligado, esperamos que sepan que estas son las consecuencias  de la política que han seguido y que contra la Revolución, todas las maniobras  se van a estrellar”.

No faltó el intercambio del Líder de la Revolución con el capitán del Ejército Rebelde Jorge Enrique Mendoza Reboredo, hijo de El Camagüey, quien se convertiría en la provincia en el alma de la defensa de los intereses del pueblo y especialmente en el campo agrario.

La constitución del INRA por Fidel permitió ejecutar políticas económicas y sociales, relacionadas con la reforma agraria y convertir a los campesinos en propietarios de sus tierras.

Marcada su proyección social en estos tiempos, el sector agropecuario, constituido por entidades estatales y campesinas, agrupadas en la Anap, busca hoy impulsar  la producción  para reducir las importaciones  de productos y asegurar alimentos para el pueblo.

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