La Casa Quinta Simoni se distingue como Monumento Nacional, declarado por la Comisión Nacional de Monumentos por su carácter excepcional. De ahí que merezca ser conservada por su significación cultural, histórica y social para el país; tal como lo precisa la Ley No. 2 de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La Investigación Histórica Aplicada a las unidades edificativas interpreta interdisciplinarmente el espacio construido, los contextos, los modos en que el ser humano ha abordado el problema de construirlas para satisfacer sus nececidades desde sus orígenes, lo cual resulta indispensable para la conservación del bien cultural.
En consecuencia, se destacan además en el estudio de los monumentos nacionales los cambios estilísticos en el tiempo, los autores del proyecto arquitectónico original y sus modificaciones. Igualmente, los constructores que modelaron la construcción, lo cual descarta o enfatiza los procesos anónimos y vernáculos en la historia de la arquitectura local.
En ese sentido, una aproximación sociohistórica centra la atención también en los propietarios como completamiento de los procesos de identidad en los diversos períodos.
Los códigos de la Casa Quinta Simoni, una interpretación
I
La investigación histórica aplicada aporta que el edificio transitó por diferentes siglos, desde el XVIII temprano hasta el XIX.
En los sistemas constructivos de los muros puede identificarse la presencia de la arquitectura vernácula. Caracterizan también el inmueble un arco mixtilíneo del siglo XVIII, la carpintería de la puerta principal, y una fachada con vanos de un neoclasicismo popular.
El soportal italianizante, toscano, le imprime un carácter distintivo a la edificación, coronada con un segundo nivel cuadrado de gusto análogo. La revaloración estilística del edificio se destaca por etapas y no por el siglo en que se concluyó definitivamente.
Época de construcción:
– 1ra referencia: 1813 (Registro de propiedad).
– 2da referencia: 1848 (Libro de Anotaduría e hipotecas. La extensión superficial de la Quinta donde está ubicada la Casa Quinta mide 2 ½ de caballería de tierra, equivalente a 33 hectáreas, y 55 áreas.
La primera escritura refiere Finca suburbana, situada en la Calle Santa Ana no. 1. Su construcción surgió sin construcciones aledañas que constriñeran sus líneas. La casa esquinera se relacionaba con la Plaza de La Habana. La visualidad de la vivienda puede observarse de manera íntegra por todos sus lados cardinales. La armonía es única en la ciudad.
Es una casa transicional en sus estilos. Acogió a una familia inmigrante italiana, médico de profesión que aportó un conocimiento adelantado en la epidemiología del tratamiento a los infectados con el bacilo de Hansen (lepra), entre otros aportes científicos.
Se unió a la guerra de independencia. Sus bienes fueron embargados por infidente, proceso que deformó la edificación de forma violenta. Su hija Amalia Simoni, esposa del Mayor General Ignacio Agramonte, marcó un hito en la historia múltiple de Cuba.
II
La carencia de los planos originales y de sucesivas intervenciones antes de la restauración de 1988 – 1990 lastra la real evolución arquitectónica del inmueble. De manera que un abordaje histórico arqueológico permite recuperar los restos físicos de diferentes épocas (muros, arcos, pinturas) para interpretar críticamente el valor patrimonial de la edificación.
Se observa que una restauración crítica permite devolverle al edificio la disposición espacial originaria hasta donde sea posible para contribuir al proyecto y al discurso museológico de la Casa Quinta.
La marca de la contemporaneidad es imprescindible para evitar falsos históricos, lo cual permite un diálogo creativo entre la memoria histórica, las remembranzas y sus contextos y la contemporaneidad.
III
El edificio se ha estudiado como una construcción civil – doméstica. Sin embargo, la evolución arquitectónica obedece al proceso de un espacio destinado a prácticas industriales, tenería, aunque se reconoce como una casa de vivienda suburbana de estilo neoclásico.
Por los contextos históricos, urbanísticos y sociales, se propone que se perpetúe como un espacio multisimbólico: de la mujer cubano – camagüeyana de pensamiento y accionar de vanguardia; como expresión primera del amor real y legendario de Ignacio y Amalia; como un inmueble único en la ciudad, al converger estilos que lo hacen tener un carácter propio y distintivo.
Síntesis e imagen de intimidad e insurgencia, ciencia y pasión; un espacio multifuncional: industrial – vivienda, de gusto estilizado e igualmente sobrio.
Fuente:
– Henry Knight, Kezia Zabrina; Crespo Baró, José Fernando; Soler Jiménez, Lisbel; Adán Castellanos, Yeni Yeisy (2021) La Investigación Histórica Aplicada en la conservación del patrimonio construido. La Casa Quinta, estudio de caso. En https://zenodo.org/record/5802225.