El 17 de septiembre de 1912 muere en La Habana, tras una vida entera dedicada este arte, el insigne patriota, músico, compositor, pedagogo, crítico musical, director de orquestas y bandas militares, el camagüeyano José Ángel Marín Varona. Este camagüeyano también se puso a disposición de la independencia cubana, proceso al que se incorpora a muy corta edad.
Precisamente su entrada a la Guerra del 68 se produce, según la investigadora Verónica Fernández, en las filas de uno de los batallones militares con banda de música, que maniobró desde la manigua principeña. Allí fungió como músico mayor y escribió la primera de tantas obras para ese formato: Los cantares de España; mientras que durante la contienda del 95 compuso piezas que fueron interpretadas en sociedades, fuera y dentro de la isla.
Música y exilio
Por sus labores independentistas tuvo que marchar a Cayo Hueso, lugar desde el que continuó sus actividades conspirativas. Igualmente integró clubes revolucionarios y fue corresponsal mambí del periódico El Yara, bajo el seudónimo de “Juan Manigua”.
Musicalmente, en dicha etapa escribió y arregló obras patrióticas, y también compuso algunas concebidas inicialmente para voz y piano.
Consolidación en el arte musical militar
En los primeros años de la llamada República Neocolonial, Marín Varona sin duda alguna fue protagonista. Primeramente sus piezas, sobre todo militares, eran interpretadas en las fiestas patrióticas más importantes, como por ejemplo durante la celebración del 20 de mayo.
Por otra parte, su vínculo con las bandas militares se estrechó mucho más al ser nombrado para integrar el Cuerpo de Artillería de Costa, con sede en La Fortaleza de la Cabaña. Durante ese tiempo dirigió y fue el compositor principal de las bandas de música del Cuartel General y de Infantería. Sin embargo, la mayor notoriedad la adquirió con la de Artillería, fundada en 1905, consolidándose en el arte musical militar.
Premios y reconocimientos
Durante su vida recibió disímiles reconocimientos y distinciones, entre las que sobresalen: un Diploma de Medalla de Bronce en la Exposición Universal de París (1900), Diploma y Medalla de Plata en la Exposición Universal de Saint Louis Missouri, por composiciones militares (1904); Diploma y Medalla de Oro en la Exposición Nacional de 1911 y el Premio efectivo del Consejo Provincial de La Habana por sus “Tropicales”; también una Condecoración de las “Palmes de Premiére Classe”, París (1912), por servicios prestados al arte musical.
Fallecimiento
Una vez conocida su muerte, en las honras fúnebres las guardias de honor no se hicieron esperar. Asimismo, la prensa acompañó cada paso, mientras que a su sepelio asistieron familiares y amigos, jefes y oficiales de las fuerzas armadas, otros oficiales, funcionarios distinguidos, asociaciones, diputaciones y el pueblo en general; como expresión de la admiración que le profesaban al músico camagüeyano.
Bibliografía
Fernández Díaz, Verónica, E. A 109 años de su muerte. www.ellugareno.com
