El apoyo de la mujer camagüeyana al proceso independentista cubano es indiscutible. Muestra de ello es la bandera cubana convertida en insignia de la Invasión a Occidente.
La idea de confeccionarla provino de la señora Belén Agüero de Betancourt, quien por medio de una recolecta buscaba entregársela como regalo al Presidente de la República, Salvador Cisneros Betancourt.
A dicha acción se sumaron las señoras Cristina Zayas de García, quien bordó la estrella, y Luisa Agramonte de Rivas, que compró la tela.
Otras contribuyentes
Según las fuentes consultadas, las señoritas Dirima y Josefina Guerra Argilagos hicieron la recolecta. También contribuyeron otras damas del Camagüey como: Concepción Agramonte, viuda de Sánchez, Emma Castillo de Betancourt, Carmen Agramonte de Quesada, Eliana Varona de Rodríguez, Isabel Varona de Agüero, Amalia Simoni viuda de Agramonte, Luisa Rufina Betancourt de Otero, Mercedes Guerra, viuda de Castillo, Concepción Boza de Romero, Gabriela Varona, viuda de Miranda, Adela Rivas de Silva, Odilia Silva de Marín, Angela Malvina Silva de Recio, Adolfina Méndez de Caballero, Aurora Arredondo de Comas, Matilde Massagner de Guerra, Angela Mariana, viuda de Argilagos, Ana Sariol, viuda de Martínez, Malvina Zayas, viuda de Silva, Clara Montejo de Verde, Evangelina, Consuelo y Piedad Ruiz Toledo, Margarita Rodríguez
Un acto solemne
Desde el 29 de noviembre de 1895, el presidente Cisneros, encabezando el Gobierno, había unido su marcha a las tropas mambisas dirigidas por Máximo Gómez. Este había decidido entregar dicha bandera al Titán de Bronce para que la plantase como insignia de triunfo en el Morro de La Habana.
En una emotiva ceremonia, el 5 de diciembre se realiza la entrega formal. Algunas fuentes advierten que fue entregada personalmente a Antonio Maceo, mientras que otras afirman que fue al coronel José Clemente Vivanco, secretario del Consejo de Gobierno.
Importancia histórica del hecho
El acto resultó tener un valor extraordinario, porque constituyó el cierre oficial de importantes decisiones que cambiarían el rumbo de la empresa invasora como el análisis de sus aspectos estratégicos y políticos, el cual incluía la reorganización del Cuarto y Quinto Cuerpo de Ejército que constituirían el Departamento Militar de Occidente; y la destitución del general Masó del cargo ocupado.
Igualmente puso en pausa momentánea las diferencias existentes entre el gobierno y el mando militar, aspectos explicados en el artículo “Más allá de un hecho emotivo, un acto de reafirmación”.
Bibliografía
Adán Castaños, Yeni Yeisi. “Más allá de un hecho emotivo, un acto de reafirmación” http://www.ohcamaguey.cu/mas-allá-de-un-hecho-emotivo-un-acto-de-reafirmacion/.
Aparicio, Raúl. Hombradía de Antonio Maceo. UNEAC Contemporáneos. La Habana, 1966.
Cento Muñoz, Elda y Ricardo Muñoz Gutiérrez. Salvador Cisneros Betancourt: Entre la controversia y la fe. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 2009.
Cisneros Betancourt, Salvador. Tras la bandera. Biblioteca Cuba XVIII. La Habana. Imprenta La Prueba, 1916. p. 93.