Noel Fernández Pérez nació el 26 de septiembre de 1936. Como miembro del Movimiento 26 de julio tuvo una amplia participación en la lucha clandestina camagüeyana, fue jefe de Acción y sabotaje desde 1958 hasta su muerte, el 13 de octubre del propio año.
Lucha clandestina, símbolo de valor y audacia
La lucha clandestina, entre 1952 y 1958 en Cuba, fue significativa para la victoria revolucionaria de enero de 1959. Innumerables acontecimientos se inscriben entre las operaciones más connotadas del país. Una de las más conocidas fue el secuestro del corredor de automovilismo Juan Manuel Fangio, que tuvo gran repercusión nacional e internacional.
Los nombres de Frank País, Sergio González -el Curita-, Oscar Lucero, Noel Fernández, entre otros mártires del clandestinaje, se encuentran presente por su valor y arrojo en la historia nacional.
La clandestinidad en Camagüey, desde su organización en 1955, expresó algunas fisuras. Pero sin lugar a dudas, el nombramiento de Noel Fernández en 1958, al frente de Acción y sabotaje del M-26-7 en la urbe camagüeyana, constituyó una de las etapas más prolífera de esta lucha en la ciudad.
Noel Fernández Pérez: “Juan”, el revolucionario camagüeyano
¿Quién fue y qué hizo este joven que algunos estudiosos de la localidad, por su labor, comparan con Frank País?
Con esta interrogante nos acercamos a Francisco Luna Marrero, historiador e investigador de la etapa, quien caracterizó a Noel Fernández Pérez como hombre audaz, temerario, intrépido, líder que destacó por la organización de la lucha clandestina en la localidad, y se convirtió en el alma del grupo de Acción y Sabotaje.
Los compañeros de lucha lo recuerdan osado, dinámico e ingenioso, de carácter serio, apuesta figura, hermosos ojos, galán y de buen vestir- el lunar de pelos en el antebrazo, seña distinguible-, lo obligaba a usar con frecuencia camisas de mangas largas. Para evadir la persecución policial se tiñe el pelo de rubio y usa espejuelos. Su nombre clandestino era Juan.
De inquietudes revolucionarias, miembro de la Juventud Ortodoxa y del Movimiento 26 de julio posteriormente, emprende las actividades revolucionarias a mediados de 1955. Desarma a varios policías, realiza atentados, entre ellos al club nocturno Morocco, al cabaret La Bolerita, al Club Gallístico, entre otros.
Al frente de un comando incendió la Audiencia Provincial y destruyó más 8000 causas del tribunal, este hecho puede ser considerado como trascendental. Conduce hasta la Sierra Maestra a combatientes que llegaban a la región. La organización de la milicia para apoyar la huelga del 9 de abril, lo ratifica como líder.
Visitó la prisión en varias ocasiones, planeó y ejecutó el rescate de los compañeros recluidos, entre ellos Léster Delgado. El asalto al carro celular, automóvil donde transportaban a los presos políticos y conocido con el sobrenombre de “Toña la negra”, el 16 de septiembre de 1958, constituye la acción más sobresaliente de la clandestinidad en Camagüey.
Hay una anécdota que refleja el valor del joven. Días después del asalto al carro celular, el automóvil que conducía fue reconocido próximo a la vivienda donde se ocultaba, inmediatamente sostiene con la policía un intercambio de disparos. Logra escapa y llega a otra casa donde le prestan una bicicleta para huir, que más tarde devuelve en un gesto de honradez.
“La muerte, con su impecable función, de artesana del sol, que hace héroes, que hace historia…”[1]
El 30 de octubre de 1958, junto a otros revolucionarios, procede a incendiar el tren que conducía petróleo a la planta eléctrica para sabotear la celebración de las elecciones. Cae mortalmente herido por la bala de un compañero de lucha, en una lamentable confusión. Horas más tarde fallece en el Hospital de Emergencia. La lucha clandestina perdió a un combatiente insustituible por el valor, arrojo, coraje y convicción revolucionaria.
Instituciones escolares, entidades y centros diversos llevan su nombre hoy. En la Escuela de Comercio una tarja rinde tributo a Noel Fernández, Cándido González, José Rodríguez Vedo, Rodolfo Ramírez Esquivel y Horacio Cobiellas; antiguos estudiantes del plantel, jóvenes que murieron en la lucha contra la dictadura batistiana. Existe también un busto de mármol blanco dedicado a Noel Fernández en la Avenida Saratoga, erigido en 1959.
El Museo Provincial Ignacio Agramonte y el Museo Estudiantil Jesús Suárez Gayol poseen objetos del mártir, en este último, su pistola y saco son exhibido de forma permanente, para rendir tributo al eterno héroe de la lucha clandestina.
Referencia
Antonio Pérez Salas y Francisco Luna Marrero: “Noel Fernández Pérez, en el XXX aniversario de su caída”. Revista Las Clavellinas. 1/88, enero abril, pp33-34.
Colectivo de autores. Sección de investigaciones Históricas del Comité Provincial del PCC Camagüey. Síntesis biográficas de mártires camagüeyanos 1953-1967.
[1] Fragmento de la canción Su nombre es pueblo, de la autoría de Eduardo Ramos