Por siempre Agramonte

Foto: Archivo OHCC
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Siempre que se piensa en Ignacio Agramonte, se hace con respeto y orgullo; y desde luego, florecen probadas cualidades suyas como la valentía, el coraje, la bondad, la gallardía y hasta su belleza física, pues lo describen como un hombre muy atractivo y viril.

Pero a mí particularmente me atrae, además de todos los valores mencionados, el gran amor por su familia. Primero, por sus allegados de sangre, a quienes los unió un gran sentimiento de cariño; y luego, por la que formó con su idolatrada esposa Amalia Simoni; y cuya historia trasciende nuestras fronteras para convertirse en una leyenda entre los grandes amores universales.

También podemos hablar del amor que les profesó a sus hijos, aun habiendo conocido solo a uno, y convivido con él tan cortos y abrumadores tiempos. A la hija ni siquiera la conoció, pero la concibió y la presintió de manera incondicional.

En la familia, ese segmento tan importante de la sociedad del que tanto se habla, y que como sabemos es su célula básica, se hace cada vez más necesaria la consolidación y compenetración.

Por estos días en los que conmemoramos la caída en combate de El Mayor, el Día de las Madres, y, además, la partida de otro hombre indispensable para la historia del mundo, nuestro Apóstol José Martí, los invito a que como ellos entreguemos siempre en nuestros hogares amor, dedicación, respeto y buenos hábitos -sobre todo a las nuevas generaciones, quienes serán los continuadores.

Los incito a que en este nuevo aniversario de la muerte de Agramonte lo homenajeemos pensando en esa arista de padre tierno y amoroso, que, aunque apenas pudo disfrutar de la familia que creó, tuvo siempre la firme convicción de que lo hacía por esa otra que siempre fue su mayor familia, la Patria.

Termino mi comentario con estas palabras de Martí: “Son las familias como las raíces de los pueblos; y quien funda una, y da a la patria hijos útiles, tiene, al caer en el último sueño de la tierra, derecho a que se recuerde su nombre con respeto y cariño.”

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