Sociedad Popular Santa Cecilia: edificio emblemático de Camagüey

Foto: José A. Cortiñas Friman
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La Sociedad Popular Santa Cecilia fue constituida el 20 de noviembre de 1864 e inaugurada el 22 del propio mes. Desde esa fecha y hasta el año 1961, se destacó por sus valiosas contribuciones a la cultura, y, sobre todo, a los programas de ciencias, artes y oficios, y a novedosas propuestas artísticas.

Si usted camina por la Plaza de la Merced, o de Los Trabajadores -como se le conoce- se sorprende ante el edificio sede del Centro de Convenciones Santa Cecilia, inmueble emblemático de la arquitectura local recuperado gracias al quehacer de conservación y restauración de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey.

Una vez allí, la pregunta de los visitantes no se hace esperar: ¿Qué fue antes este edificio? Sus múltiples usos devuelven a la memoria de la ciudad hitos culturales. En la década del 2000 fue sede de la Casa de Cultura Ignacio Agramonte. Sin embargo, los jóvenes de entre finales de los años ´70 y los ´90 recuerdan el lugar como La Popular, donde las fiestas de quinceañeras, la música y el baile ambientaban el espacio. Allí, los amantes de la palabra se convirtieron en asiduos invitados a la peña del narrador oral Manolo Martínez.

Hoy, convertido en el Centro de Convenciones -único de su tipo en la región- garantiza servicios profesionales personalizados. La construcción data del año 1928, y es valorada por ingenieros y arquitectos como el exponente más representativo del eclecticismo en la ciudad de Camagüey.

Acentuaron la decoración de la obra las columnas de orden clásico, cornisa, pretil y balcones. En el interior, el hermoso piso de mosaico que semejaba alfombras; las escaleras de mármol de carrara; las rejas con decoraciones profusas y arcos de medios puntos que se conjugan armónicamente entre sí. Los materiales empleados, la carpintería y el diseño brindaron prestancia al lugar.

Otro elemento distintivo del inmueble es la presencia en la fachada -como único caso de la arquitectura local- del Escudo de la Ciudad otorgado en 1817, autorizado a ser ubicado allí al recibir la condición de Sociedad Benemérita en 1912, entre otros aspectos, por auspiciar y gestionar la construcción del monumento a El Mayor, en el parque de igual nombre, iniciativa de su presidente Raúl Lamar.

Desde su inauguración en 1928 y hasta 1961, la edificación fue sede de una de las Sociedades de Instrucción y Recreo más importantes que tuvo Camagüey desde el siglo XIX: la Sociedad Popular Santa Cecilia, constituida el 20 de noviembre de 1864, con el nombre de “Sociedad Filarmónica de Santa Cecilia”, e inaugurada el 22 del propio mes, día de su Santa Patrona.

Su emplazamiento inicial fue en el antiguo teatro “El Fénix”, ubicado en aquel entonces en el callejón de las Mercedes No. 1, en el edificio que perteneció a las Reverendas Madres Teresianas. En varias ocasiones estuvo cerrada, entre otras causas, por la filiación política de algunos de sus miembros.

En los salones de la Sociedad Popular Santa Cecilia se dieron cita aficionados y profesionales, quienes agrupados en las secciones de música, artes plásticas, literatura, declamación, danza y teatro desplegaron un significativo movimiento cultural. Actividades artísticas y con gran sentido patriótico marcaron su devenir.

Sus programas de ciencias, artes y oficios fueron integradores y relevantes. Resulta interesante la apertura de academias de artes y la estructura organizativa de la misma que se visibilizó en ayudas mutas entre sus miembros y obras benéficas. Contar con su propia publicación El Popular le garantizó mayor reconocimiento social.

En el alcance de la labor de la Sociedad Popular Santa Cecilia sobresalen la notable biblioteca de la que disponía y los programas culturales, que la distinguieron con novedosas propuestas artísticas de la Isla y extranjeras, las cuales hicieron del Camagüey una urbe reconocida en el contexto cultural nacional.

Sus amplios salones fueron testigos de la presencia de importantes creadores. Formaron parte de la membresía algunas personalidades como los socios de honor Enrique José Varona y Rafael Montoso Valdés; entre los socios beneméritos, el compositor Carlos Anckerman, el músico José Molina Torres y las hermanas Fernández Borrero, y como socios facultativos, los músicos Luis Casas Romero y Gabriel de la Torre.

Indiscutiblemente, en correspondencia con las palabras pronunciadas en el acto inaugural en 1864, por el Lic. Don Juan Manuel García de la Linde, la asociación estuvo signada durante su larga vida no por gradaciones jerárquicas, sino por el talento.

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