Vocacional Máximo Gómez Báez, un hito arquitectónico y educacional

Fotos: Cortesía de la autora
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El Camagüey, tuvo muchos colegios insignes que han marcado la presencia de maestros, alumnos o el espacio arquitectónico donde se erigieron esas escuelas, algunas aún conservan sus funciones educativas, otras lamentablemente sus diversos usos la hacen irreconocibles.

¿Cómo no distinguir los colegios de las Ursulinas, Terecianas, Escolapios, Champagnat, Escuelas Pías, el Instituto de Segunda Enseñanza, la Escuela Normal de maestro o San Zenón, la Escuela de Comercio, las escuelas públicas Ignacio Agramonte y Aurelia del Castillo, entre otros importantes planteles desde la colonia hasta la primera mitad del siglo XX?

Por otra parte, en 1972 el Grupo Nacional de Construcciones Escolares se da a la tarea de habilitar diversos sitios como centros escolares y la creación de nuevas escuelas, en la enseñanza media superior de Camagüey destacan los pres de Sierra de Cubitas, del Casino, Bove, Ana Josefa y la insigne Vocacional Máximo Gómez Báez, segunda del país, proyecto del arquitecto Reinaldo Togores.

Expectativas…

Corre el año 1976, los preparativos usuales a finales de agosto para el inicio del curso escolar en la Vocacional traen numerosas expectativas, los alumnos que habían comenzados sus estudios en Sola y Ceballos, tuvieron una experiencia inigualable al participar el primero de septiembre en la inauguración de la Vocacional Máximo Gómez con la compañía del Comandante Fidel Castro.

La construcción, erigida como ciudad escolar se distinguió por la funcionalidad que poseían los edificios interconectados entre sí por un diseño de circulación eficiente, representatividad de las áreas exteriores, la solución urbana de plazas y patios interiores, la presencia de laboratorios, bibliotecas, cines, áreas deportivas y otros espacios imprescindibles para una escuela de este tipo y el empleo de una carta de colores distintiva para los diferentes sitios.

Este conjunto urbano constituye una obra emblemática dentro del repertorio perteneciente a la arquitectura moderna del período revolucionario.

Distribución de un sueño

De igual manera un elemento se hace ineludible, ubicada sobre una pequeña elevación cercana a la plaza central sobresale la escultura en bronce de Máximo Gómez Báez, que perpetua su memoria como estratega militar y patriota, la obra posee cuatro metros de altos por tres de ancho y es de la autoría del escultor José Delarra, la primera de gran formato que realizó en Cuba.

Viajar en la memoria, constituye un esfuerzo a veces ingrato, pero hacer el recorrido por la vocacional Máximo Gómez Báez, significa rememorar para diferentes generaciones de «vocacionaleros» una etapa importante de sus vidas. La nostalgia me asalta, revivo cuando entré por primera vez con apenas 11 años, en 1979 y luego casi tres décadas al acompañar a mi hija a cursar sus estudios.

Cada generación distingue con sus sueños, metas, y comportamientos la escuela, sin embargo, el uniforme, la calidad profesional de los docentes, los albergues, el anfiteatro, el pilotaje, aleros, áreas de juegos, otros espacios y la escultura de Máximo Gómez siguen siendo un regalo imperecedero para todo su alumnado.

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