Valores de una institución que siguen por siempre en mi

Foto: Archivo OHCC
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Los valores han sido siempre divisa de proyectos valiosos y enriquecedores que propician que el ser humano, sea mejor.

Y esto lo afirmo porque he tenido la dicha de formar parte de muchos, entre los que se encuentran; más recientemente los pertenecientes a la Oficina del Historiador de la ciudad, lugar donde laboré por más de quince años y al que le debo conocimiento y compromiso desde el fondo de mi corazón.

Recordando

Allí tuve la posibilidad, primero, de conformar una dirección que se ocupa de algo tan bello como es justamente, y como suelo decir: “… lo más cultural de la institución…”, viendo el tema desde el punto de vista estrecho, muy estrecho del significado de la palabra cultura, por supuesto; pero lo digo así para diferenciar a las otras funciones presentes en la institución, que poseen un carácter más constructivo e incluso estratégico.

Luego la creación de espacios públicos, instituciones, todos defendiendo y ocupándose de proteger y preservar el patrimonio, ese que todos debemos y tenemos la obligación de mantener para los que hoy habitamos esta ciudad y los que futuramente vendrán.

Tal vez alguien diga: ¿bueno y qué tiene que ver esto con los valores?  Pues sí tiene que ver y mucho, porque allí en esa institución el recurso humano, el hombre, es lo más importante, su bienestar, la preocupación por sus problemas, por sus necesidades, y el tratar de estar a su lado acompañándolo en los momentos más complicados y difíciles de la vida.

Esto lo digo por experiencia propia, pues no fueron pocos los momentos complejos que me tocó vivir, así como colaborar con algún que otro trabajador que nos necesitó.

Vigencia de valores

Por eso, y hace solo unos días, oyendo la tan querida y habitualmente escuchada emisora Radio Enciclopedia, mencionaron una frase de ese gran filósofo, Sófocles cuando dijo: “La prudencia es la base de la felicidad”, y entonces me vinieron a la memoria tantos y tantos momentos felices vividos allí, en mi institución, que siempre ha sido prudente, juiciosa, sensata, y aunque ya no laboro día a día en ella, continúa siendo ese lugar al que le reservo un lugar especial en mi corazón.

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