Gemilys Jiménez Álvarez es una mujer emprendedora y decidida. Tiene el cabello afro y una sonrisa que se desdobla en energía y carisma, entonces los retos le llegan como pruebas de vida, como desafíos de una fuerza que le surge cuando el universo conspira a su favor.
Así se presentó en la Casa de la Diversidad Cultural Camagüeyana, lo hizo por primera vez desde que asumió la guía de la línea Q Negra en Camagüey. Tomó el micrófono después de Niriana Rodríguez Tejeda:: atrevida y cómplice de tantas historias de niñas y mujeres que aprendieron a amar su cabello con productos naturales. De ella, aprende la valía de un emprendimiento que va más allá de una propuesta comercial.
Ambas transmiten orgullo. Por eso la Casa, institución de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey (OHCC), le sirve de a poco de escenario para celebraciones como el Día Internacional de la Mujer Afrocaribeña, Afrolatinoamericana y la diáspora, fecha escogida para conmemorar el primer congreso donde se reunieron más de 400 mujeres de la región. En República Dominicana, 1992, la agenda incluyó temas vinculados al sexismo, la migración y la pobreza.
¿Por qué resulta necesario festejar el 25 de julio? Explicó Yoelxy Pilliner López, presidente del Comité Provincial Ruta del Esclavo, como apertura de la actividad Miradas de Mujer que “es una fecha significativa porque sirve para visibilizar a la mujer afrodescendiente y contribuye a la erradicación de estigmas como la discriminación racial y además, realza el valor de las cubanas, de manera general”.
Un día de julio como en casa
Poco más de la cinco de la tarde del sábado 23, se fusionaron los tejidos de Manu Auri, parte del Proyecto Arte Plaza de la OHCC, las niñas lucieron sus trenzas y las jóvenes los pañuelos que guardan tras el nudo una historia de resistencia. Cantos y bailes llegaron con el talento de Nancy Avilés y el Dúo Voces.
Este es el primero de muchos encuentros. Géminis tiene la intención de que así sea. Con las ganas de quien empieza y la experiencia de un camino que Niriana comenzó puede convertirse Q Negra y Betel, en productos inspiradores para las mujeres agramontinas.
Así como las trenzas y turbantes que escondían rutas, en la actualidad, estas ofertas representan seguridad, confianza e identidad. Tras cada propuesta está la cultura cubana enriquecida y salvaguarda en las manos de quienes recién aprenden de diversidad, amor y respeto.
” Quiero comenzar todo un proceso educativo porque no es solo la mera comercialización de los productos. Hay que lograr que desde las primeras edades las niñas vean que su cabello natural también es lindo”, dice Gemilys.
En ese sentido, comienza todo un trabajo de perseverancia. La tarde sabatina fue el inicio certero de un camino lleno de manos blancas, mestizas y negras; cabello afro, rizado, lacio y con turbantes. Todas unidas en un sitio donde se promueve el conocimiento de la pluralidad multicultural de la ciudad como expresión de la identidad camagüeyana, a través de la gestión sociocultural del patrimonio material e inmaterial.