Nuevamente a las aulas

Share on facebook
Share on twitter

Cada noviembre resulta inevitable recuerde a alguien que desde pequeña me impresionó y que después, al paso del tiempo, conocí con mayor profundidad. A él le dediqué mi tesis para graduarme de profesora de secundaria superior en Historia, en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona por aquel entonces, y que hoy forma parte de la Universidad de la Habana.

Me refiero al maestro, sacerdote y renovador de la pedagogía cubana Félix Francisco José María de la Concepción Varela y Morales, según reza en su partida de bautismo católico, nacido exactamente en la capital cubana el día 20 del undécimo mes del año.

Por estos días en que hemos visto como las aulas cubanas vuelven a poblarse de estudiantes deseosos de compartir conocimientos en sus escuelas, junto a sus profesores y compañeros.

Al pasar por el querido Instituto de Segunda Enseñanza de Camagüey, el llamado Pre del Casino, el Álvaro Morel Álvarez, contemplaba aquellas imágenes, -ya lejanas en el tiempo-, pero que hoy vuelven a resplandecer; fue cuando con mayor fuerza recordé al Padre Varela.

Futuro cercano

Y entonces me dije: siempre tendremos que recurrir a él, a sus doctrinas, a todo lo que un día nos aportó, y estoy segura esos alumnos que vi entrar y salir de aquel plantel, podrán convertirse en hombres y mujeres más capaces que futuramente se entregarán por entero a profesiones, oficios y labores beneficiosas para este país, que cada día necesita más de la consagración de su pueblo.

Entonces para ese hombre sencillo, para el que, según otro de nuestros grandes pedagogos y discípulo suyo, José de la Luz y Caballero fue quien “nos enseñó primero en pensar”, va mi agradecimiento y esperanza de ver, estoy segura, graduarse mejores profesionales y seres humanos, tal como él lo vaticinó.

Más relacionados