Gertrudis Gómez de Avellaneda, la niña inquieta, la joven adelantada a su época, la mujer que sin miedo y con todo el talento se ganó un puesto en la Real Academia de la Lengua Española, La Tula que escribió Sab y se pronunció en contra de la esclavitud que vivía su Isla. Esa mujer controversial, femenina, sentimental; pero a la vez pura valentía tocó mi alma desde que pude leer algunos de sus poemas.
El primero de febrero de 1873 partió a la posteridad con solo 59 años de edad y la deuda con su figura defino que sigue siendo enorme.
Más allá de los investigadores y avezados de las letras que le han rendido tributo en nuestro sitio web dedicamos varios posts que la hacen presente durante todo el año; hoy los ponemos a su disposición para seguir latiendo fuerte junto a la mujer de volcán y flor que es imposible olvidar: nuestra Peregrina eterna.
Homenaje del Camagüey a La Peregrina
La Peregrina como Socia de Mérito de la Sociedad Filarmónica
Legado aborigen en un texto de La Avellaneda
Apuntes de la calle Avellaneda en Camagüey
La Avellaneda: camagüeyana y universal