El tranvía en Camagüey tiene una fascinante historia desde el siglo XIX, primero tirado por animales de carga y luego movido por la electricidad recorrió los ejes viales, plazas y zonas más importantes de la urbe. En 1952 concluyó su servicio. Hoy las vías férreas dentro de la ciudad son testimonios irrefutables de su presencia.
Existen huellas en la moderna ciudad camagüeyana que acompaña la historia, leyenda y la memoria de sus habitantes, algunas generan interrogantes sobre su pasado y otras las inevitables comparaciones con el presente.
Si usted pregunta ¿qué es un tranvía? Puede recibir muchas respuestas, pero la mayoría de las personas harán un gesto con los hombros indicativo del desconocimiento, tal vez algunos les remitan a esas líneas férreas que, en las arterias de Independencia, San Esteban e Ignacio Agramonte entre otras vías se conservan para no borrar de la memoria su presencia.
La llegada del tranvía o tren urbano a la otrora villa se debe a las gestiones de Enrique Loynaz del Castillo en 1893 para establecer y explotar lo que en aquel entonces constituía un moderno medio de transporte del cual pocas ciudades gozaban. A pesar de las condiciones enrevesadas de la trama urbana principeña, el propósito era factible para conectar las arterias más concurridas, zonas y plazas desde diferentes partes de la urbe.
Admitido el proyecto, Loynaz del Castillo fue nombrado apoderado, debía comprar los carros para la empresa, oportunidad que encontró el patriota para introducir escondido en los asientos 200 rifles Remington y 8,000 cartuchos para la futura contienda independentista. Una delación provocó que las armas fueran incautadas, Loynaz, advertido oportunamente, logró huir. El servicio se inauguró el 11 de noviembre de 1894.
La tecnología presente
El empleo de la electricidad y los avances tecnológicos abrieron nuevos horizontes para el tranvía. El 5 de agosto de 1905, Camagüey Electric Company presentó un nuevo proyecto tranviario, con su aprobación llega a la ciudad el equipamiento requerido para tales propósitos, finalmente el acto celebrado en el antiguo Hotel Camagüey el 1ro de mayo de 1908 dejó inaugurado el tranvía eléctrico.
Y así, durante los primeros años de su funcionamiento se adquieren y construyen carros, funcionan diversas rutas por Garrido, Bembeta, Avellanada, las Avenida de los Mártires y la Caridad, Maceo, Independencia, entre otras para aderezar el ambiente citadino con el timbre inconfundible de aquellos carros sui generis.
Sin embargo, el tranvía, con el decursar de los años languidece gradualmente, la ausencia de reparaciones sistemáticas en las vías y coches reduce su rendimiento frente a la competencia de los viajes por ómnibus dentro de la ciudad y el auge de los automóviles. En 1952 cierra el servicio tranviario.
En la memoria de aquellos que lo conocieron se pierde el destino de sus coches, algunos alegan que fueron vendidos como chatarras, lo cierto es que no existe evidencia de los mismos, no obstante, las huellas imperecederas de las vías férreas se erigen como parapeto que recuerda su tránsito por la ciudad.
Actualidad
El Museo Ferroviario camagüeyano, dedica una de sus Estaciones a develar la historia del tranvía en Camagüey, objetos, textos, imágenes y una multimedia lo adentrarán por el fascinante mundo tranviario que ha sido inmortalizado en crónicas, películas y obras de arte. El timbre inconfundible que avisa su llegada le abre las puertas al conocimiento de uno de los transportes más originales que tuvo la ciudad