Joaquín Agüero Agüero, diversas leyendas, una gran historia de patriotismo

Fotos: Cortesía de la autora
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Joaquín Agüero Agüero, perteneció a una de las familias más importante del Camagüey, con sólidas relaciones parentales que les distinguieron desde las primeras manifestaciones anticolonialistas.

La historiadora Elda Cento Gómez enfatizaba al respecto no solo con la cantidad de Agüeros alzados en julio de 1851, sino también por los comprometidos que estuvieron presentes en las luchas independentistas desde 1868 hasta 1898.

Joaquín Agüero fue artífice de la creación en 1843 de una escuela pública gratuita en Guáimaro. En ese propio año concede la libertad a sus ochos esclavos ante notario público para cumplir «…un deber de humanidad y conciencia», según sus propias palabras ante el Teniente Gobernador de Puerto Príncipe, hecho a veces ignorado por la historia nacional.

De su labor

En las labores conspirativas de la Sociedad Libertadora de Puerto Príncipe, especialmente en Nuevitas, -lugar donde residía- sobresale por sus acciones y propaganda anticolonialista.

La detención en mayo de 1851 de algunos coterráneos por actividades revolucionaria, induce a Joaquín Agüero junto a 46 hombres consumar el alzamiento el 4 de julio de 1851, en San Francisco Jucaral, allí firman la primera Declaración de Independencia, en los campos de Cuba Libre.

Sin embargo, fracasado el asalto a Las Tunas, y el combate de San Carlos donde cayeron cinco cubanos, se dispersa el grupo que fue perseguido por las tropas españolas hasta ser capturados el 23 de julio, en el pesquero de Punta Ganado, junto a Fernando de Zayas y Cisneros, Tomás Betancourt y Zayas, Miguel Benavides Pardo, todos fusilados el 12 de agosto de 1851.

Sobre su muerte existen datos muy curiosos, la cuarteta que circuló convidando a las principeñas a cortarse el cabello en señal de rebeldía, que decía así:  Aquella camagüeyana // que no se corte el pelo, // no es digna que en nuestro suelo // la miremos como hermana.

Otra muestra de duelo fue la aparición el día de los fieles difuntos, en la bóveda que guardaba sus restos, de una tarjeta con una inscripción -a modo de epitafio- con los siguientes versos: Víctima infausta de un amor sincero // Sentido por el hombre y por la gloria, // Yace aquí el adalid Joaquín de Agüero: // Su vida guarda la cubana historia, // Su muerte llora el Camagüey entero.

La musicóloga Verónica Fernández refiere que al año de su muerte se hizo popular en Puerto Príncipe y Santiago de Cuba la interpretación por bandas militares de la danza compuesta por Vicente de la Rosa La sombra de Agüero, aunque con el título La sombra.

Su impronta

Por otra parte, dos años más tarde del fusilamiento, en la Plaza de Armas, hoy Parque Ignacio Agramonte, fueron sembradas cuatro palmas dedicadas a la memoria de los patriotas, las mismas estuvieron cuidadas en secreto y han llegado hasta nuestros días como símbolo de cubanía, también fuente de inspiración para la danza compuesta Nicolás González «Los lamentos».

En 1913 se erige un obelisco a solicitud de los estudiantes del Centro Escolar 27 de noviembre en la plaza Joaquín Agüero, no obstante, allí no fue el lugar exacto de la ejecución, sino unos metros más adelante.

Entre 2002 y 2003, la Oficina del historiador de la ciudad, (ohcc), dentro de las labores de reanimación del sitio, le añade al obelisco cuatro columnas de metal rojo que concluyen en una punta simbolizando la sangre derramada por los patriotas. Actualmente la ohcc realiza trabajos en el cementerio de la ciudad para edificar el Panteón de los Mártires de 1851, con el propósito de dignificar, jerarquizar y reunir los restos de los próceres independentistas e incluir si se logran encontrar los perteneciente a los cincos caídos en el combate de San Carlos.

Si usted no ha visto el filme El Mayor, o lo vuelve hacer, le recomiendo que disfrute su primera escena, donde hechos relatados aquí cobran vida. La secuencia del pañuelo con la sangre de Agüero que toma el niño Agramonte constituyó una leyenda que acompañó a los agramontinos durante años para representar la continuidad de los ideales independentistas.

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