Por: Carlos de Jesús Hernández Fernández
Historia material del inmueble
El patrimonio cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios; así como las creaciones anónimas surgidas del alma popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la vida. Es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias tendientes a la satisfacción de ciertas necesidades culturales de la comunidad.
La Casa de la Diversidad Cultural camagüeyana exhibe al público, en su interior, variadas pinturas murales realizadas por el decorador Joaquín Miranda Sagol, que datan de la primera mitad del siglo XX. La intervención de restauración de esas pinturas murales comenzó en la sala – saleta en el año 2010, cuando el inmueble se encontraba bajo restauración.
En 2011 se comenzó a intervenir el conjunto de pinturas de una de las salas transitorias, de un pilar del pasillo y de una obra mural realizada sobre tres muros (paños) de uno de los baños del inmueble. Acerca de esa última intervención comentamos en este material, el cual muestra el rescate de las decoraciones murales de un cuarto de baño, que logra devolverles su integridad física y legibilidad estética mediante un proceso de restauración.
Desde 1628, estuvo ocupado el lote por la casa de Juan de Lugones, manteniendo el área constructiva la jerarquía del espacio y la distribución de las principales familias alrededor y en las cercanías de la Plaza de Armas, actual Parque Agramonte.
Ya en el siglo XX, la familia Rovirosa tuvo su casa donde hoy está ubicada la Casa de la Diversidad Cultural camagüeyana, pero incluía una salida a la calle Cristo por detrás de la actual farmacia. En los años ´70 del siglo XX, el inmueble dejó de ser la vivienda de la familia Rovirosa para convertirse en un centro laboral, hecho que no favoreció su conservación al hacerse una nueva distribución del espacio, que enfrentó nuevas funciones correspondientes a diferentes necesidades.
Se cambió el uso de casa de vivienda por el de oficinas de la Empresa CUPET. Para ello se creó una gran cantidad de locales logrados a partir de la construcción de tabiques y falsos techos. A finales de la década del ´90, el inmueble pasó a propiedad de la Oficina del Historiador de la Ciudad.
Luego de varios años de inmovilidad en cuanto a acciones constructivas se refiere, se decide dar comienzo al proyecto de restauración que condujo las actividades para el rescate del edificio.
Intervención de la obra
La obra estudiada data de la primera mitad del siglo XX, en el año 1930, con 31, 25 m2 de decoración mural. Se realizaron los exámenes in situ mediante el reconocimiento de la obra a simple vista y lupa para detallar el estado de conservación de cada uno de los estratos constitutivos, que presentaban graves problemas de deterioros en las partes y materiales que la componen, debido al propio envejecimiento de la pintura y el ambiente que se encontraba a lo largo del tiempo, por su propia naturaleza y la influencia de elementos como la luz y la humedad. Además, se realizaron exámenes globales y puntuales para la propuesta en el tratamiento de intervención.
Las primeras acciones estuvieron encaminadas a fijar la capa pictórica, producto de grandes zonas pulverulentas, principalmente en los colores oscuros. Fijación de escamaciones en la película pictórica y la consolidación de estratos de los revestimientos. Para el reintegro de revestimientos se utilizaron materiales de la misma naturaleza de los originales y otros compatibles, en los estratos de revoque y enlucido, así como en la capa de preparación.
Luego de la limpieza superficial y del barnizado intermedio se procedió al reintegro pictórico; para el cual el color se compuso sustractivamente, colocando una capa de color sobre la otra hasta lograr el efecto cromático deseado. En las lagunas de menor envergadura se realizó aditivamente, componiendo el color en la paleta y aplicándolo de un solo intento.
Se logró devolver la integridad material y estética de las decoraciones murales del local que ocupa uno de los baños del inmueble de la Casa de la Diversidad Cultural camagüeyana, que permitió conservar y rescatar valores artísticos de uno de los inmuebles domésticos de la ciudad con mayor decoración mural, que se podrá continuar exhibiendo al público en un mejor estado de conservación.
Las pinturas murales conforman el ambiente de muchas edificaciones. Si no se tienen en cuenta como parte del todo, las labores de restauración serían incompletas y falsas.