El concepto de industrias culturales no es nuevo. Desde el año 1949, Theodor Adorno comenzó a utilizar este término, refiriéndose principalmente a las técnicas de reproducción industrial en la creación y difusión masiva de obras culturales.
En los años ´90, emerge el concepto de economía creativa que entiende la creatividad en un sentido amplio, como el motor de la innovación, el cambio tecnológico y como ventaja comparativa para el desarrollo de los negocios.
Ello da lugar, primero en Australia y más tarde en el Reino Unido, al concepto de industrias creativas, entendidas como aquellas que tienen su origen en la creatividad individual, la destreza y el talento y que tienen potencial de producir riqueza y empleo a través de la generación y explotación de la propiedad intelectual.
Hoy, las Industrias Culturales y Creativas se pueden definir como los sectores cuya actividad organizada tiene como objetivo la producción, la promoción, la difusión y la comercialización de bienes, servicios y actividades de contenido cultural, artístico o patrimonial.
Estas industrias son el centro de la economía creativa. Es una actividad que abarca los ámbitos de la economía, la cultura y la tecnología, focalizándose en la importancia de los servicios y del contenido creativo. Existe una vinculación de la cultura con la economía gracias a estas industrias culturales, que mercantilizan el tiempo, la cultura y la experiencia de la vida.
Proyecto de Industrias Creativas, un aporte a la gestión patrimonial y al desarrollo socioeconómico local desde la dinamización cultural de los principales espacios públicos del Centro Histórico de Camagüey
Surge como iniciativa de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC) y los socios extranjeros, por el interés de compartir conocimientos y prácticas de gestión de proyectos culturales, como medio para rescatar, conservar y promover los valores identitarios y patrimoniales de un territorio.
El Centro Histórico de Camagüey es Monumento Nacional y fue inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en el 2008. Tiene una extensión de 330 hectáreas, 4,769 inmuebles de valor patrimonial y una población residente de 58,200 habitantes (20% de la población de la ciudad).
Pertenece a la categoría de Centro Histórico Urbano. Su alta densidad poblacional y su función como centro de servicios y administración pública de la ciudad genera una alta presión de la población residente y fluctuante sobre los inmuebles y espacios públicos de valor histórico, cuyos valores patrimoniales empiezan a verse afectados.
La OHCC como entidad líder de conservación y gestión del Centro Histórico de Camagüey ha decidido incorporar los enfoques de industrias creativas en las políticas de desarrollo del territorio. Pero sus conocimientos aún son insuficientes sobre la puesta en valor de la cultura en los modelos de industrias creativas experimentados con éxito en ciudades europeas y latinoamericanas como Bilbao, Barcelona, Quito y Medellín). También faltan conocimientos para insertar adecuadamente en los planes de manejo del Centro Histórico conceptos de la economía creativa que favorezcan su desarrollo.
Accionar sobre problemáticas que amenazan la conservación y gestión cultural de espacios públicos importantes del territorio:
– Limitada experiencia de los planificadores urbanos y gestores del patrimonio que trabajan en la OHCC y entidades estatales asociadas, sobre el enfoque de industrias creativas y las oportunidades que ofrecen al desarrollo local.
– Escasos conocimientos por parte de la población residente, los actores públicos y los practicantes de las nuevas formas no estatales de gestión (culturales y económicos), sobre los valores patrimoniales y la forma de desarrollar sus negocios y productos artísticos en correspondencia con estos valores.
– Necesidad de desarrollar oportunidades que resultan del trabajo conjunto de los diversos actores, en la medida que pueden incidir en la conservación de los inmuebles patrimoniales, así como en la gestión de valores culturales, en beneficio de todos;
– Necesidad de analizar y socializar buenas prácticas y lecciones aprendidas para la conservación patrimonial y la gestión cultural.