Un submarino nazi fue hundido a unas tres millas del faro de Maternillo, frente a la bahía de Nuevitas, en el norte de la provincia cubana de Camagüey.
El faro es el segundo más alto de Cuba y está en uno de los extremos de cayo Sabinal, del archipiélago Sabana-Camagüey.
¿Cierto o no el hundimiento?
La información navega por un encrespado mar de contradicciones. La fecha del hecho es desconocida, y las referencias al respecto solo aluden a la Segunda Guerra Mundial.
A cañonazos contra un submarino en la superficie
El mercante Dominus viajaba casi todo los meses a Tarafa, un puerto de la bahía de Nuevitas, y sus tripulantes era muy conocidos en la zona.
Un acontecimiento imprevisible se interpuso en la ruta de la embarcación.
En uno de esos recorridos, rumbo a Maternillo, un sumergible alemán emergió cerca y lo ametralló, pero las averías no provocaron el naufragio.
La respuesta resultó contundente con un cañón de tres pulgadas, y los boquetes abiertos por los gruesos proyectiles enviaron a la nave enemiga al fondo del mar.
Un combate excepcional contra un submarino en la superficie.
El Dominus continuó hacia Nuevitas, donde una popular fiesta celebró la hazaña de los certeros cañonazos.
No hubo ninguna confirmación oficial acerca de la acción, y el hecho quedó solo en la oralidad, con todos los riesgos de las especulaciones y tergiversaciones.
Aún así, no todas las verdades están escritas y/o avaladas por certificaciones oficiales. Lo escrito no elimina la posibilidad de las fabulaciones, incluso, las groseramente premeditadas; ni la oralidad es prueba de la falta de la verdad.
Guerra alemana bajo el agua en América
La presencia de sumergibles nazis en aguas cubanas fue parte de una operación, en la que Alemania envió 23 submarinos al Golfo de México y al Caribe. La misma incluyó impactos, como el hundimiento de siete mercantes cubanos, con 77 muertos.
Entre los acontecimientos provocados por esa guerra subcuática, figura el naufragio de dos embarcaciones frente a Nuevitas: el Mambí, de Cuba y el Nickeline, de los Estados Unidos de América; los cuales formaban parte de un convoy con protección militar.
El Mambí, un ex-velero convertido en buque tanque, quedó dividido en dos partes por el área de la chimenea, y en unos minutos se fue al fondo marino.
Cargado con gas amoniacal, el Nikeline tardó unos 20 minutos en hundirse.
El hundimiento lo produjo el sumergible U-Boat 176, abatido pocos días después en el occidente del país por el caza submarino cubano CS 13.
Los datos al respecto están debidamente documentados.
Cuba y Brasil fueron los únicos países latinoamericanos en hundir sumergibles en la Segunda Guerra Mundial.
Disparos contra la razón
El combate entre el Dominus y el navío nazi está envuelto en un mar huracanado.
¿Cómo es que el submarino, con sus medios de teledetección, no ubicó al buque y lo torpedeó y, por el contrario, obvió esa ventaja y salió a la superficie para ametrallarlo?
Ello habría sido lo más lógico, teniendo en cuenta que los cargueros estaban dotados de armamentos o escoltados por navíos militares para enfrentar contingencias de la II Guerra Mundial.
Quizás la causa pudo ser que tenía inutilizado el equipo de teledetección, ¿pero a bordo no había técnicos capaces de reparar la avería? Las respuestas tienen muchas interrogantes y llevan matices legendarios. Es una historia rebosante de surrealismo.
¿Y los restos del sumergible?
¿Fue verdaderamente hundido un submarino nazi frente a Nuevitas? ¿Quién puede afirmarlo irreversiblemente? ¿Cómo se sabrá?
La aclaración del enigma es costosa: rastrear por teledetección los restos del sumergible. Si eso se hiciera…¿aparecerán las huellas físicas de la nave hundida? ¡Quién sabe!, porque este es un naufragio que ha trascendido en la historia, inmerso en una intensa bruma.
(Principales fuentes consultadas: “Hemingway en la cayería de Romano” y “Hemingway, ese desconocido”, de Enrique Cirules.