“África mía’’ es el título de una de las películas que hace muchos años vi y admiré, no solo por su trama indiscutiblemente interesante sino por las actuaciones de sus protagonistas.

A propósito de celebrarse el día de África, este 25 de mayo, la recordé como también recordé muchos hechos y vivencias que a través de la historia estudié y otros que en el transcurso de mi vida he adquirido.

Siempre se decía que era un continente pobre, donde la incultura, la falta de educación e insalubridad eran visibles; pero pocas veces se hurgaba en sus raíces y maravillas desde todos los puntos de vista.

Menos se resaltaban los valores de su gente, lo abnegado de su modo de actuar y la nobleza que los caracteriza sin dejar de ser un pueblo extremadamente valiente; con costumbres y hábitos que lo hacen ser único e irrepetible. Andando el tiempo, tuve la suerte de nutrirme de conocimientos más profundos que obtuve por medio de muchas personas, unas nativas de allá propiamente, otras no; pero sí muy estudiosas, además de investigadoras renombradas que fueron cambiando mi pobre mirada hacia “lo negro’’, incluyendo el imponente macizo continental.

Si a algo le debo esa visión ha sido a la creación allá por el 2010 de la Casa de la Diversidad Cultural cmagüeyana, la que forma parte de la red de instituciones culturales pertenecientes a la Oficina del Historiador de la ciudad. A esta institución la vi nacer, crecer y desarrollarse, pues me tocó la dicha de ayudar en su fundación; junto a un grupo de valiosas personas a las que se nos encomendó tan importante misión.

Recuerdo los días en que se conformaba el proyecto y hasta los préstamos que nos ofreció la Casa de África de la Habana; y que la hermana Oficina de esa provincia nos proporcionó, así como los que el Museo Provincial Ignacio Agramonte nos facilitó, muchos de ellos aún se exhiben.

Cómo olvidar el primer proyecto de ese evento que forma parte indisoluble de la Casa desde hace ya ocho ediciones, y que responde al nombre de “Jornada de la Diversidad Cultural para el Dialogo y el Desarrollo’’, enmarcada entre los días 21 al 25 de nayo.

Sin lugar a dudas la existencia de esta institución ha contribuido de manera muy positiva a que los camagüeyanos tengamos una mejor visión no solo del Continente Negro, como suele llamársele, sino de los vínculos que nos unen y de sus constantes luchas por la emancipación y hasta de su supervivencia.

Gracias a esta institución hemos aprendido a poseer un mayor espectro de lo diversa que resulta la “camagueyanidad”, o simplemente el ser camagüeyano; porque no somos un pueblo químicamente puro, no, todo lo contrario, somos esa gran mezcla que el Dr. Fernando Ortiz mencionó tantas veces. Somos el producto de ese híbrido que conforma la identidad cubana, y desde luego, mucho de ello se lo debemos a África. Por eso los convoco a homenajear este nuevo 25 de otra forma, con la mirada de inclusión, de ser parte de ella, de saber que de allí viene mucho de lo que somos y reconociendo que su sabiduría es inmensa y cada día nos podemos nutrir más de ella.

Para terminar, les dejo estas proposiciones africanas que sin lugar a dudas demuestran una vez más que en la Cultura Popular Tradicional existe una incalculable riqueza cultural:

 El que no sabe y sabe que no sabe es un estúpido. ¡Húyele!

El que no sabe y no sabe que no sabe es un ignorante. ¡Instrúyelo!

El que sabe y no sabe que no sabe está dormido.  ¡Despiértalo!

El que sabe que sabe y no hace alarde de lo que sabe es un sabio.  ¡Síguelo!