Tomás Vélez Vázquez, nació el 28 de febrero de 1865, su padre Vicente Vélez, compró su libertad y junto a su esposa Luisa Vázquez forjaron su educación. Fue el primer negro que cursó estudios en el Instituto de Segunda Enseñanza, en los años 1882-1887. Fundó una escuela en el callejón de la Risa, luego una Academia: VELEZ, situada en su propia vivienda, en la calle Lugareño No. 52; donde se impartieron Matemáticas, Teneduría de Libros y Preparación completa para Bachillerato. Además de impartir Matemáticas en el Instituto de Segunda Enseñanza, también ofreció sus conocimientos a los reos en la cárcel de Camagüey. El periódico El Camagüeyano lo enfatizó como notable educador, consagrado a la enseñanza y que se destacó por su extraordinaria capacidad y preparación.
Muchas familias camagüeyanas consagradas luego al magisterio en Cuba, como los Luaces, los Varona Guzmán, los Garay, los hermanos Agüero; recibieron de Tomás su sabiduría múltiple. Cuando algún alumno con deseos de aprender le acompañaba, por demás, el estigma de la falta de recursos para abonar el precio de las clases, él lo recibía con toda bondad y rectitud, como al resto de sus educandos; Guillén fue uno de ellos.
Vélez, escritor en la revista Lis
En ese ámbito, sus enseñanzas se desbordaron de las aulas para desarrollarlas además como escritor de pluma, en múltiples temas. En este semblante el vínculo con Nicolás Guillén, su alumno, fue decisivo. La Revista Literaria, Artística y Social LIS, tuvo una periodicidad decenal, dirigida por su alumno (Nicolás) y su hermano Francisco.
Vélez fue un colaborador habitual con artículos clarividentes. De los 18 números que tuvo la revista, se publicaron 15 artículos de Vélez. El primer texto publicado por el maestro Vélez, “Labor omnia vincit”, apareció justo en el primer número de la revista. El autor luego de celebrar a sus jóvenes fundadores por su gran empeño, condensó los propósitos de la misma a la manera de una carta editorial:
“Es un ensayo, que recoge las palpitaciones de la vida nacional en el orden a que nos referimos [el literario], pero con el colorido regional, que acaso, pueda definir en un próximo futuro, un carácter especial de nuestra vida mental”.
También les auguró que encontrarían grandes obstáculos para sus grandes empeños y virtudes. Palabras que fueron proféticas. Los artículos tributaron al rescate de los valores de los que tanta actualidad goza.
Educación
Los artículos de perfil educacional gozan de un horizonte amplio en “Educación en la Isla”, exhortó la preocupación y ocupación de la enseñanza como algo primordial “…ocupémonos de que los centros de Educación respondan a los loables fines que pretendemos”. Explicó que las reformas educacionales desde edades tempranas es la base para iniciar “…una serie de reformas, en armonía con las grandes exigencias del medio en que vivimos.”
Filosofía
El otro grupo de textos respondieron a intereses filosóficos. Entrelazó los pueblos, costumbres, tradiciones, con sus desenlaces históricos. Vélez realizó este escrito desde una visual autobiográfica, se refirió agradecido y comprometido con el futuro, la siguiente máxima lo señala:
“…hemos de luchar como han luchado otros que, con menos medios de desenvolvimiento que nosotros, lograron con la constancia y con la fe, prepararnos para el logro de la aspiración incesante de la humanidad”. De igual modo exhortó a luchar por el mejoramiento humano colectivo, luego de mencionar héroes y heroínas de perfil universal llegó a la conclusión que: “Todo se resume a que se debe luchar por el mejoramiento colectivo, pero la lucha ha de ser inteligente, coordenada, con el concurso de todos los factores posibles para que todas esas causas, fundiéndose en el sentimiento común del amor al bien, realicen la base firme de nuevas y útiles situaciones del porvenir humano.”
La Patria
La Patria fue el otro gran tema de Vélez. En el texto “Amemos a la Patria”, reiteró los presupuestos de “vigorizar el sentimiento nacional… dirimir nuestros asuntos en el horizonte de la Patria. El Mentor tuvo un sueño, parece indudable que en no lejanos días se torne Cuba, luminar inmenso para arrojar torrentes de justicia y ocupar un lugar envidiable en el gran concierto de las naciones cultas.”
Su postura más radical al respecto está plasmada en el artículo titulado: “Nacionalismos”, donde hizo una descripción del entreguismo de los gobiernos cubanos a manos extranjeras, “…va el País, abandonando a manos extranjeras las grandes actividades de la Nación. Y nuestro Gobierno, que se llama republicano, parece que no observa que la Patria va resbalando por un plano inclinado, que a no ponerle diques enérgicos compromete evidentemente nuestra nacionalidad.”
Nicolás Guillén y Tomás Vélez en Lis
Ciertamente el concepto de sus artículos y la relación maestro alumno entre Vélez y Nicolás, reflejaron que a ambos los conectó un pensamiento de vanguardia.
Bibliografía
Revista Lis, 1923