Al entrar en la habitación cifrada con el número 221 del Hotel Plaza, parece que el tiempo se detuvo en aquel instante en que los adelantados: Luis Casas Romero y su hijo, Luis Casas Rodríguez, realizaron la primera transmisión radial fuera de la Habana, el 16 de enero de 1924.
Un eco del sonido
La 7Az abrió en el éter una trayectoria radial. Fue la primera en Camagüey y la segunda en el país, al emitir su señal a las 8.00 PM de aquel día, con una programación político cultural. La lectura diaria de noticias de la prensa, la transformó en el primer noticiario local.
Un siglo después, un mural con fotografía y una tarja a la entrada, inmortalizan aquel acontecimiento tan especial, que marcó un camino para los radialistas camagüeyanos, amantes del medio y orgullosos de contarse como pioneros en la región de las Américas.
Desde el hotel
La rica historia del hotel, fundado en 1907 y ligado al camino del ferrocarril y a personalidades como la poetisa chilena Gabriela Mistral, al padre de la radionovela Féliz B. Caignet y al escritor Luis Suardiaz–quien escribió desde allí su poesía Pasa el estruendo del tren, en 1971- son algunas galas que atesora el inmueble.
En busca de toda esa bella trayectoria sonora fui hasta la instalación, donde recibí un viaje en el tiempo, acompañada de la jefa de carpeta Ada Iris Gonzales, jefa de recepción del Hotel Plaza.
Ada Iris
Ella lleva ya algunos años en el gremio de la hostelería, su dominio de la información así lo demuestran. Con toda amabilidad me invitó a subir hasta la habitación temática de la radio, para entrar y ver por dentro lo agradable y bien conservada que se encuentra.
Abro un paréntesis para contarles sobre el nivel de compromiso de los trabajadores del hotel con la historia. Al llegar, la camarera Teresa Ramos (Tere) se disponía a limpiar y hacer la cama, al conocer de mi interés por visitar me pidió aguardar un instante en el umbral, para dejar todo en orden y que así la foto quedara hermosa.
Con alto sentido de pertenencia, pues lleva laborando 30 años, me comentó: “al mirar las fotos parece que no ha pasado el tiempo“, y con orgullo sano asegura que “está casi igualita” la habitación actual a la de aquellos días de gloria, en que la radio entró con su magia a la ciudad.
Regresamos con Ada
Esta muchacha trabajadora de la cadena de turismo Islazul, con toda dulzura y elegancia, asegura que la 221 está dotada de historia y cultura. Es un alojamiento especial, muchos clientes conocen de su valor y les resulta interesante pernoctar allí, otros la descubren al llegar y quieren una explicación detallada, mientras terceros son repitentes, porque se declaran amantes del la radio y todo suceso ligado a su nacimiento les atrae.
Les ha sucedido que, más de un cliente solicita a la vez hospedarse allí y tienen que sortear a quien se la entregan, pero el orgullo de tener esa suerte de sitial de honor dentro de la instalación, resulta un atractivo para sus clientes muy bien conocido por todo el personal, que hace de sus 67 habitaciones un remanso de paz y disfrute.
Al arribar a un siglo de aquel suceso que fue noticia y expectación para los camagüeyanos, la radio en Camagüey sigue marcando el día a día de sus moradores, requiere de la entrega de todos sus hacedores y sobre todo, como la lejana 7Az, sigue materializando la fantasía de quienes se atreven a soñar.





