Camagüey, una ciudad de hombres de leyes

Foto: Archivo OHCC
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Por: Alejandro García Gutiérrez y Oreidis Pimentel Pérez

Camagüey también es una ciudad de hombres de leyes. No solo podemos hablar de los Agramonte, ilustre familia de abogados camagüeyanos, sino que también hay que tener en cuenta a figuras como Tomás Pío Betancourt, reconocido además como el primer historiador de la ciudad.

Similar es el caso de José Ramón Betancourt, quien tomó la batuta del estudio y difusión de la historia en el territorio y fue impulsor de las famosas ferias de la caridad, en las cuales los camagüeyanos aprovechaban para comercializar sus productos, mayormente ganaderos, y que tiempo después estuvo ligada a una de las tradiciones más genuinas de esta tierra: el San Juan Camagüeyano.

Dicha profesión estuvo fuertemente vinculada a la Independencia de Cuba, se estima que alrededor de 18 abogados conspiraban contra la corona en el último quinquenio de 1860.

También hay que hablar de otras figuras conocidas como Emilio Agramonte Piña, Alfredo Correoso Quesada, Antonio y Felipe Pichardo Moya, Rubén de Queda y un personaje bien peculiar como Temístocles Betancourt del Castillo, quien llegó a ser Presidente del Tribunal Supremo de Cuba durante los primeros años de la República y en su juventud ganó méritos para ser considerado el mejor pelotero de Camagüey en el siglo XIX.

De igual manera Camagüey fue sede de renombradas instituciones vinculadas con el derecho como la Real Audiencia de Puerto Príncipe o el prestigioso Colegio de Abogados de Puerto Príncipe donde se graduaron importantes figuras como Antonio Bachiller y Morales, el Padre de la Bibliografía Cubana.

La abogacía se convirtió a lo largo de la historia en un oficio de prestigio en la ciudad de los tinajones, llegando a su punto de orgullo más alto en la figura de Ignacio Agramonte, El Mayor, patriota por el cual se conmemora cada 8 de junio el día del jurista cubano.

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