Contrastes en la escena camagüeyana: El Cuarto Jinete de Mi Apocalipsis

Fotos: José A. Cortiñas Friman
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“Asomarse desde la escena al mito de la creación, establecer nexos históricos que escapen al mero didactismo y hacer coexistir en un mismo espacio físico y temporal diferentes enfoques sobre el tránsito humano y su relación con el pasado, presente y futuro de la humanidad, son los pilares sobre los que se erige el espectáculo (…). El cuarto Jinete de Mi Apocalipsis, es metáfora y a la vez cuestionamiento duro y frontal sobre la huella humana (…), es performance, acción plástica, partitura escénica espectacular, cuerpo vivo y tangible, poesía gestual dramática…”

Estas esencias, a decir de Freddys Núñez Estenoz, son las bases sobre las que descansa la nueva propuesta escénica del Teatro D’ Luz: El Cuarto Jinete de Mi Apocalipsis; una obra que se desmarca de lo que resulta habitual en las tablas camagüeyanas.

“El espectáculo es una reflexión estética sobre el dolor del ser humano, el dolor de vivir en un mundo en pie de guerra, lleno de dolor, de angustia, de enfrentamientos; esto es como la génesis que sostiene al espectáculo. Es el grito de la humanidad, de sentirnos de pronto que estamos al borde del Apocalipsis, (…) y surge en un momento donde hay mucho miedo al mundo, mucho miedo al futuro, mucho miedo al presente.” (Leonardo Leyva, dramaturgo y director escénico)

“Esas imágenes finales del espectáculo son imágenes históricas que a veces quedan en la memoria, es importante refrescarlas, es importante revivir esos momentos y que el público entienda pues que el teatro puede ser un acto de esparcimiento, un acto de reflexión, pero también puede ser un acto de dolor, de catarsis; y ese es el reto, que el público entienda el sentido de esta puesta en escena.” (Leonardo Leyva, dramaturgo y director escénico)

“Teatro D’ Luz siempre ha planteado la pluralidad de propuestas escénicas (…) y resultaba necesario que nosotros como artistas, como creadores, estuviéramos haciendo algo que tuviera que ver en este momento por el que estamos atravesando. Esta obra es el resultado de esta situación que hemos vivido, situaciones difíciles, de mucho dolor, de muchas pérdidas; situaciones que nos demuestran que estamos en un mundo muy complejo y que la humanidad está al borde de autodestruirse, si nosotros, nos somos capaces de hacer los que nos corresponda para salvarla.” (Jesús Rueda Infante, Director general teatro D’ Luz)

“Es un reto para nuestra compañía, que nunca había hecho un tipo de teatro como este, un teatro antropológico. Es un reto para los actores, que tampoco habían incursionado en esta estética y lo han asumido con un valor, con una devoción, que ha permitido este resultado. La compañía va a seguir incursionando en este tipo de trabajo y hemos confiado a Leonardo Leyva la dirección artística de la compañía, para que siga conduciendo todos estos elementos creativos y estéticos.” (Jesús Rueda Infante, Director general teatro D’ Luz)

“Los retos para representar a Abadón fueron grandes y me dieron la oportunidad de replantearme la teoría actoral como la concebía hasta el momento. Me permitió profundizar más, indagar más en los métodos de actuaciones que ya conocía y medio sorpresas; pues me permitió ver la actuación desde una panorámica completamente distinta: concebir al actor como estudioso, como filósofo.” (Armando A. Ronquillo Castañeda, actor)

“Hemos tenido un año intenso de entrenamiento, de preparación física, vocal, mental; también de entender el mundo filosóficamente para lograr comprender este espectáculo. El Título lo sugiere, El Cuarto Jinete de mi Apocalipsis, es una obra sensorial, donde la experiencia resulta intransferible, para nosotros mismos es intransferible la experiencia. Me siento mejor actriz, mejor preparada para afrontar nuevos proyectos.  (Evelyn Echazábal Antúnez, actriz)

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