El 27 de noviembre de 1871 ocurrió un hecho que manchó en sangre, para toda la vida, la historia de Cuba. Ese día fueron fusilados sin el más mínimo remordimiento ocho estudiantes de medicina bajo el pretexto de un presunto ultraje a la tumba de Gonzalo de Castañón, una figura bastante admirada por el Cuerpo de Voluntarios.
Esta historia llegó a la gran pantalla hace unos años bajo la dirección de Alejandro Gil, quien logró crear un producto capaz de ablandar el más rocoso de los corazones y eso solo se logra cunado la historia se cuenta a la perfección, sin laguna alguna.
Para Alejandro Gil, este hecho tiene significación tremenda y como si fuera el más sabio de los historiadores habla de él con un dominio asombroso.
“Considero que es acontecimiento más doloroso del siglo XIX cubano. Hay que destacar que en gran medida está dado por las circunstancias que se desarrollaban en el exterior y en la propia Cuba, colonias sublevándose contra sus metrópolis. Esas ideas comenzaron a calar sobre todo en los estudiantes universitarios, que eran los que tenían más acceso a la información.
“Ya en Cuba había una guerra organizada, ya había una constitución, un himno, una bandera y además se estaba teniendo resultados positivos en la contienda, con grandes acciones como el rescate de Sanguily o la entrada de Gómez a Guantánamo, por ejemplo. Las noticias de esas acciones militares comienzan a trascender y llegan a la Habana, una ciudad que debía mantenerse bajo control, por lo tanto todo lo referente a la profanación de la tumba de Gonzalo de Castañón se convirtió en un pretexto para satisfacer la sed de venganza de los Voluntarios.
“Lo que comenzó como un susurro se fue extendiendo y llegó a los oídos de las personas más rencorosas y eso provocó lo que sucedió en los días 24, 25, 26 y 27 de noviembre. Además el Gobernador no estaba en la capital, Balmaceda en ese entonces andaba por el Oriente del país, así que todo ocurrió en ausencia de modo que estaban creadas las condiciones para que ocurriera un hecho de este tipo.”
¿Cómo surge la idea de hacer una película basada en este hecho?
“La película nace de un documental una serie documental titulada Historia del Arte Militar en Cuba, por allá por la década de los 80. Esa serie tuvo exposiciones de Eusebio Leal y al él tocar este tema me dio la posibilidad de hacer mía la idea de dedicarle un documental solo a este hecho.
“Pero resulta que durante el proceso de investigación me di cuenta que el hecho ameritaba más que un documental. La idea descansó y la investigación continuó durante muchos años hasta que por fin se materializó en la película.
“Sin lugar a dudas Inocencia hace señales, desde su historia, de valores contemporáneos a tener en cuenta, por lo tanto muchos la consideran necesaria para salvaguardar la dignidad nacional, y por ahí es que realmente siento que ha sido la identificación del público y los especialistas con la película.”
En ese proceso de investigación salieron temas que poco se abordan en la cotidianidad, como es el caso de esa otra faceta, más allá del amigo de Martí, que se le da a Fermín Valdés Domínguez y el intento de recate por parte de una secta Abacuá. ¿Estos detalles surgen a raíz del documental o de investigaciones posteriores?
“A raíz del documental surgen las pistas que exigían una investigación con mayores pretensiones. Ese es el caso de Fermín, él es el símbolo de la perseverancia, de la amistad inclaudicable, del reconocimiento de una necesidad de salvar la identidad de su amigos. Fueron 16 años de búsqueda, sin las condiciones tecnológicas que tenemos hoy. Hay que imaginar cuánto son 16 años, en la vida de un hombre, dedicados a buscar los restos de la inocencia. Fermín es un héroe del que se debe investigar mucho más.
“En el caso de los Abacuá sucede lo mismo, es un asunto muy polémico, unos decían que era verdad, otros que era novelesco, pero en la investigación descubrimos que hay un discurso del Che en el que hace referencia a esto, también una carta de un historiador de la Habana que pedía que se atendiera el monumento a los héroes anónimos, así como otras pruebas. Realmente tiene un gran aporte a la identidad idiosincrática de nuestro país.”
Alejando en Inocencia consiguió mezclar las técnicas audiovisuales contemporáneas con la investigación en profundidad. Este filme, que pocos logran ver sin derramar lágrima alguna, aunque del género ficción, tiene un apego milimétrico a la historia real y eso le da un valor incalculable.
No es fácil llevar a todo el mundo esa terrible historia, de cuando el odio, la sed de venganza y la maldad mataron la inocencia.
Entrevista completa a Alejandro Gil