El llamado de Martí al Camagüey, en 1895

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El 11 de enero de 1893 José Martí en carta al Mayor General Máximo Gómez precisaría que había menos revolucionarios que separatistas y pocos revolucionarios se hallaban conspirando para el reinicio de la guerra de liberación, por demás, indicaría que al pronunciamiento que se gestara en el Camagüey debían agruparse veteranos y jóvenes en un Comité, lo que sabría Salvador Cisneros en carta recibida en la casa nro. 97 de la calle San Fernando.[1]

En carta del 22 de agosto de Gómez a Cisneros, la que tenía por objetivo informarse de la disposición real al alzamiento, el General refería: “[…] puesto que la revolución sin Camagüey sería nada, y desde luego yo que estoy nombrado jefe interino del ejército, sin ustedes no puedo ser Jefe”. A lo que Cisneros respondió que se esperaba por él.

Señales de lucha

Prueba del vigor que cobraba la insurrección en la ciudad principeña, en noviembre varios jóvenes emprenderían las gestiones ante el Ayuntamiento para la realización de un monumento al Mayor General Ignacio Agramonte, proyecto que suscitaría la alarma entre el gobierno. Luego, el 14 de marzo de 1894, estallaría un petardo en la plaza de La Soledad, y casi al unísono el joven Rafael Usatorres Perdomo difundiría el artículo Dominación No, Independencia.[2]

Poco después, el 30 de marzo, Enrique Loynaz introducía por Nuevitas un alijo de armas y municiones junto a 6 coches del tranvía en los que había ocultado 200 Rémington y 48 000 cápsulas. Con las buenas nuevas, el Dr. Oscar Primelles Cisneros entregaría una carta de Cisneros al jefe del movimiento en Oriente Mayor General Bartolomé Masó, en la que testimoniaría su disposición al combate. De todo tuvo detalles Martí.

Más cerca de Martí el Camagüey

En julio el Delegado supo de Cisneros que se alzaría con 1 500 hombres. Entre tanto, Martí frustraría la conjura de reaccionarios interesados en postergar el estallido, postura que encabezaría el ex voluntario del 68 Bernabé Sánchez Adán. A seguidas confiaría al coronel Enrique Loret de Mola y Boza el puesto de jefe superior del Cuartel General del Ejército Libertador.

Sabido estos y otros resultados favorables, en diciembre Cisneros reseñaría a Gómez los preparativos a su cargo, tal y como se deduce de la carta del 6 de diciembre de 1894, en que le sugería desembarcar en Santa Cruz del Sur. Respecto a la presencia de Martí, Cisneros la desaprobaría por pesar opiniones adversas de la familia de Carmen Zayas Bazán y por ser cuñada del Comandante de Estado Mayor en Puerto Príncipe el español Leopoldo Barrios y Carrión.

El alzamiento independentista

Algo tardíos, los alzamientos se producirían a partir de marzo con la incorporación de Luís Suárez y Miguel Varona Guerrero en el central Senado, Minas de Nuevitas; seguiría el de Rafael Labrada en Sierra de Cubitas. También Mauricio Montejo y acompañantes en el ingenio El Lugareño, y Francisco Recio López del Castillo, en Santa Cruz del Sur. Se añadiría a la fuerza inicial el Dr. Oscar Primelles con 18 jóvenes en el Junco, Nuevitas; Mario García Menocal, en Santa Cruz del Sur, y Salvador Cisneros, en la finca Guásimas de Montalbán con 25 hombres[3], el 5 de junio.  Incorporaciones a la que se sumaría la de Francisco Recio López del Castillo con 30 rebeldes.

Decenas de jóvenes se sumarían después en la finca Juan Gómez, entre otros, Armando Sánchez Agramonte, Armando Menocal, Francisco Benavides (Faico) y Joaquín Leyva, quien procedía de la partida del ex bandido Nicasio Mirabal. Tras arribar el Mayor General Máximo Gómez a Najasa se le unirían 17 hombres más al mando del Teniente Coronel Alejandro Rodríguez Agüero. En cuestión de días se complotarían más hombres de la ciudad y del campo con la incorporación de Bernabé Boza, Javier de la Vega y Lope Recio.

En días sucesivos, la juventud del Camagüey daría más pruebas de coraje y de apego a la Revolución de Martí.

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[1] En esa dirección Cisneros recibía la correspondencia enviada a él desde Nueva York por Martí y la que presentaba doble sobre con el nombre del destinatario “a Santiago Correoso”, es decir, a Salvador Cisneros.

[2] Labrada Rodríguez, Eduardo: La Prensa Camagüeyana en el Siglo XIX. Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 1987, pp. 145-146. Usatorres fue condenado a seis años de prisión.

[3] El denominado El Ejército de los Trece que acompañaría a Cisneros lo constituían: Lope Recio Loynaz, Aurelio Batista Velazco, Rogelio Mora Loret de Mola, Francisco Estrada Marín, Raúl Acosta León, Antonio Colete de la Torre, Gaspar Betancourt Agüero, Alfredo Sánchez Agramonte, José Morán Reyes, Pío Otero Betancourt, Aurelio Agramonte Castillo y Julio Sariol Molina. En: Miguel Varona Guerrero: La Guerra de Independencia de Cuba, 1895-1898, T. II, p. 185. En dicho texto se alude a los alzamientos de Fernando Espinosa, Álvaro Rodríguez y Fernando Fernández Medrano.

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