Eugenio Sánchez Agramonte, galeno insigne de virtud multifacética

Foto: Tomada de internet
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Por: Rancel Castillo Matamoro.

“Ciertamente,

la historia médica cubana,

luz perenne, insigne llama,

posee en este héroe de la rama,

escultor de una cuba soberana.” 

El 17 de abril de 1865, en Camagüey, nace Eugenio Sánchez Agramonte

El Cuerpo de Sanidad Militar se erige en toda contienda posible, como uno de los pilares que posibilitan el correcto desarrollo de las guerras y la victoria de las mismas; sin embargo, no han sido suficientemente exaltados por los anales de la historia.

El 17 de abril de 1865, en Camagüey, nace Eugenio Sánchez Agramonte. Eugenio, fue uno de los fundadores del Cuerpo de Sanidad Militar del Ejército Libertador durante la guerra del 95; estructura creada el 19 de septiembre de 1895, en Jimaguayú, Camagüey. Con la creación de este Cuerpo se logró organizar y aprovechar mejor los servicios médico-sanitario y los conocimientos de los médicos, farmacéuticos y demás profesionales vinculados a la lucha.

Bajo la dirección de Eugenio Sánchez Agramonte, además del debido socorro a los heridos en combate, el personal médico mambí enfrentó las fuerzas de un enemigo inmune al rifle y el machete. Entre las filas de este adusto contrincante estaban principalmente las enfermedades y epidemias típicas del trópico cubano, que suelen agravarse en temporada de lluvia. Las más significativas fueron la fiebre amarilla o “vómito negro”, la viruela, el sarampión y el paludismo; esta última cobró la mayor cantidad de víctimas por enfermedad durante la última guerra cubana contra el colonialismo español.

Ciertamente, las disímiles prácticas asistenciales, los conocimientos de la medicina verde y los remedios heredados de generaciones anteriores, fueron expresión sublime del espíritu de resistencia, entrega y profesionalidad; que caracterizó a los médicos y ayudantes en los hospitales de campaña de la manigua cubana.

 

A este Hipócrates, varias luces ponderaron su grandeza

Este hombre de gran ingenio y amor sobrado por su tierra, no escatimó en su esfuerzo por conseguir la tan anhelada libertad de su patria. Las disímiles labores que desempeñó durante la guerra, rebelan la estirpe y el valor de este gigante de bata blanca:

Siendo miembro de las fuerzas del Mayor General Máximo Gómez, en Camagüey, el 4 de diciembre de 1895, fue nombrado Jefe superior de Sanidad Militar. De inmediato elaboró el primer proyecto de la Ley Orgánica Sanitaria Militar, aprobada por el Consejo de Gobierno en Armas una semana después. Acompañó a la columna invasora hasta Pinar del Río, y en su regreso hacia el oriente, organizó el servicio de sanidad y los hospitales de sangre creados durante el paso de la columna invasora. En marzo de 1896, elaboró un proyecto de ley que modificaba el anterior, el cual fue aprobado el 31 de ese mes.

 

El 30 de agosto de 1897, cesa en su cargo

El 30 de agosto de 1897, cesa en su cargo y, debido a problemas familiares, se le aprueba su solicitud de salir al extranjero; desde donde continúa su apoyo y lucha, no solo por la libertad cubana, sino también por la de Puerto Rico.

Aprovechando su partida, el Consejo de Gobierno le encomienda gestionar desde el exterior ayuda económica para conformar una expedición armada a Puerto Rico. Al llegar a New York su propuesta fue acogida con total indiferencia por la delegación cubana. Ante tal negativa continúa su viaje, esta vez con Francia por destino, dada las indicaciones de Tomás Estrada Palma de entrevistarse con Emeterio Betances, en París. Una vez allí, es desechada la idea de invasión, por considerarse prioritario el apoyo a la causa cubana, por lo que se le entrega la suma de 10 000 pesos y medicamentos con ese fin. De regreso en Nueva York organizó una expedición, que salió desde La Florida el 14 de febrero de 1898, en el vapor Dauntless; desembarcando en Cuba el 20 de febrero de 1898 por Nuevas Grandes, en la costa norte de Camagüey.

Dadas las circunstancias, por haberse dedicado a labores ajenas a la medicina, había quedado fuera de las filas médicas cubanas. No obstante, de regreso a Cuba, el 17 de marzo de 1898, fue nombrado nuevamente Jefe Superior de Sanidad, cargo con el cual terminó la guerra, manteniéndolo hasta el 28 de octubre de 1898.

 

Ciertamente,

la historia médica cubana,

luz perenne, insigne llama,

posee en este héroe de la rama,

escultor de una cuba soberana.

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