Henry Reeve, un ejemplo que traspasa fronteras

Foto: Archivo OHCC
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Táctica militar, valor, juventud y solidaridad parecieran muchas cualidades para un solo espíritu; pero se sumaron todas en un internacionalista que supo ganarse el respeto de hombres como Agramonte y Gómez.

Henry Reeve, el brigadier de la caballería mambisa nacido en EE.UU. de apenas 23 años, con diez cicatrices de heridas de combate, resultó una figura clave para el desarrollo de la lucha por la liberación de Cuba durante el siglo XIX.

De él escribió Ignacio Agramonte al gobierno de la República en Armas la siguiente valoración: “El Comandante Reeve, con sus relevantes cualidades, se hace acreedor de toda mi confianza y creo mi deber prevenir al gobierno de la República favorablemente hacia este joven extranjero”.

El también conocido por Enrique el americano; libró más de 100 combates en los que derramó su sangre al ser herido de gravedad en varias ocasiones. Tuvo que hacerse un aditamento de hierro para sostenerse sobre la montura debido a que una de sus extremidades fue inutilizada por el fuego de un cañón contra el que se lanzó a la carga. Por su brillante hoja de servicios fue ascendido a General de Brigada el 10 de diciembre de 1873.

Consultando la historiografía

Según datos históricos Henry Reeve estuvo presente en el último combate de Agramonte en Jimaguayú. Asumió interinamente el mando de las fuerzas del Camagüey y secundó a Máximo Gómez cuando este fue designado para sustituir al Mayor. Y El Generalísimo escribió de Henry:

“Reeve es un carácter puramente militar, une a su valor probado, una rectitud y seriedad poco comunes en su modo de mando— de aquí que sus soldados a la vez de un respeto profundo le quieren como a un padre. Sus mejores hombres son negros …”

Debido a su arrogo y tenacidad las fuerzas colonialistas lanzaron sobre el General Reeve grandes contingentes de las tres armas para sofocar el fuego mambí y en el combate en la Sabana de Yaguarama, el 4 de agosto de 1876, en la actual provincia de Cienfuegos, resultó herido y derribado del caballo; pero siguió combatiendo desde el suelo. Al agotarse sus fuerzas y municiones se quitó la vida para no caer prisionero.

Por el ejemplo del Inglesito en la historia de Cuba, hoy el contingente de batas blancas cubanos, honra con sus acciones el nombre de quien es su inspirador. A él un eterno agradecimiento por ofrendar la vida por una causa justa: la libertad.

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Camagüey (2014). Editora de textos. Profesora universitaria. Cubana 100%. Me encanta mi profesión, la música, la naturaleza. Adoro el amor de la familia y de los amigos sinceros. Confío en el mejoramiento humano. Defiendo los animales e irradio amor cuando escucho al dúo Buena Fe o cuando mi hija me dice que me ama.
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