Por: María del Carmen Alemán Vázquez
Los restos materiales producto de la acción humana, sometidos al análisis científico, se convierten en generadores de conocimiento histórico. Los mismos abordan aspectos prácticamente inéditos que otras disciplinas no trabajan, aportando datos importantes para la gestión integral del patrimonio.
Para ello nos auxilian las intervenciones arqueológicas, realizadas -entre otros objetivos- para recuperar construcciones antiguas y obtener datos de interés histórico. Muchos de los restos recuperados propician información que antecede al momento en que fueron desechadas, hasta el contexto donde permanecieron en el tiempo, labor que demanda un análisis minucioso y detallado, pues la información perdida sería irrecuperable.
Por lo interesante del tema se dedicó un espacio para el estudio de marcas y huellas que permanecen plasmadas en restos arqueológicos, específicamente el material osteológico -identificado y clasificado por especialistas y técnicos de la Subdirección de Investigaciones de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC).
¿Quién nos ofrece esa información?
Múltiples son los procesos que actúan directa e indirectamente en los materiales desechados hasta el momento de ser descubierto, dejando grabadas marcas que indican su paso en el tiempo. Una de ellas, las huellas que encontramos en los restos óseos recuperados en excavaciones; las cuales nos indican, entre otros elementos, los procesos a que han estado sometidos hasta el presente.
Además, nos permiten interpretar las causas de la conservación y el deterioro de los mismos, fundamental para la obtención de datos y el esclarecimiento de dudas, además de numerosos problemas pendientes aún por descifrar.
El estudio de las marcas y huellas se conoce como Tafonomía, la rama de la paleontología que estudia los procesos de fosilización y la formación de los yacimientos fósiles, incluidos los procesos pre – deposicionales y post- deposicionales.
Resulta muy común encontrar muchas de estas marcas y huellas en nuestro quehacer cotidiano, lo que ha hecho más fácil el trabajo con materiales como las marcas de cortes que aparecen en los huesos provenientes de restos domésticos, específicamente de la dieta alimenticia.
Por su longitud y profundidad indican deshuese, descarne, desarticulación, troceado. De esta misma manera, los tipos de huesos y sus dimensiones arrojan información acerca de la especie y las preferencias de consumo.
La temperatura a que fueron sometidos los huesos, en presencia o no de tejido muscular, produce cambios en la coloración del material, dato que confirma el empleo de la tabla termocolorimétrica.

La unión de las partes del hueso (diáfisis y epífisis) sugiere que estamos en presencia de ejemplares adultos – jóvenes, entre los más usados en la alimentación.
Además, están las mordeduras de roedores y mamíferos. Las marcas de los primeros se caracterizan por series de surcos paralelos, producidos por los incisivos. Usualmente, estas se localizan en los bordes de áreas previamente dañadas; asimismo, son evidentes en restos de dieta, descartados en las unidades de desechos domésticos.
Según estudios realizados por especialistas de otras provincias, y corroborados aquí, en los sitios arqueológicos rurales y urbanos de Cuba es frecuente encontrar huesos mordidos por roedores. La respuesta a este hecho la encontramos en la etiología de estos animales, pues ellos cavan galerías.
Significativo es destacar el medio donde se ha mantenido en el tiempo, importante en la coloración que toma el material. En el caso local, se tiene la experiencia de lugares como colectores sanitarios, basureros y letrinas, además de influir en la conservación, incidiendo de forma significativa en el PH del lugar.
Según la bibliografía especializada, los suelos ácidos atacan el componente mineral con rapidez. Los suelos neutros o ligeramente alcalinos permiten una mejor conservación de los huesos, pues el componente mineral no es agredido.
Los suelos muy alcalinos, como las gredas, arremeten contra la materia orgánica y los huesos se vuelven quebradizos y muy porosos.
En suelos aireados, el colágeno y la sustancia base sufren ataques bacterianos, sin dejar de mencionar que los huesos extraídos de suelos húmedos suelen estar reblandecidos.
¿Por qué es importante el estudio de los procesos tafonómicos?
El estudio de la tafonomía confirma el tipo de contexto de procedencia, que junto con la reseña histórica, permite corroborar y enriquecer la información documental para investigaciones históricas.
Los procesos tafonómicos en restos óseos producto de desechos domésticos, procedentes de contextos urbanos, manifiestan diferentes huellas macroscópicas y microscópicas, tipificados en disímiles tipos de cortes en dependencia de las diferentes situaciones sociales particulares.
Datos significativos se pueden obtener, como las costumbres, los sistemas de mercados, la economía familiar, hasta la interacción de autoridades con regulaciones, como la localización de mataderos, las condiciones sanitarias y el desarrollo urbano de mercados -por el tema de la higiene- etc.
La posibilidad de obtener datos reveladores para futuras investigaciones, ratificando que el patrimonio histórico – cultural constituye un recurso no renovable: En ello radica la dimensión de su valor o su carácter invaluable. Una vez destruidos los contextos arqueológicos o documentos históricos, la pérdida es irreversible.