La labor del ingeniero en la Oficina del Historiador

Foto: José A. Cortiñas Friman
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Intervenir un edificio o espacio público siempre trae consigo grandes retos, sobre todo si las labores deben tener en cuenta la integralidad y visión que requiere una ciudad histórica. En muchas ocasiones es a los ingenieros a quienes les toca brindar soluciones a pie de obra.

En la Oficina del Historiador de la ciudad, institución próxima a cumplir un cuarto de siglo de creada, el quehacer de los ingenieros en las distintas disciplinas no se pasa por alto, desde el buen tino a la hora de definir un recurso, hasta la solución óptima para que se ejecute la obra con los materiales disponibles, sin pasar por alto la calidad y las necesidades que demanda el proyecto.

“El ingeniero es el que tiene que garantizar la capacidad estático-resistente de la estructura y hacer cumplir las exigencias propias de la arquitectura. Esa es una de las diferencias con la labor de los arquitectos, la cual está dedicada fundamentalmente a los espacios, a los volúmenes; mientras que el ingeniero civil, por ejemplo, está más vinculado a la capacidad resistente, a que soporte el paso de los años, que cumpla bien sus funciones, que no sufra un colapso. Por lo tanto, tiene que haber un contenido muy fuerte dedicado a la resistencia de los materiales”, nos comenta Noel Iraola Valdés, ingeniero de la Dirección de Proyectos de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey.

Diversidad de utilidades

Por la importancia de su labor es que podemos encontrarlos en varias direcciones de esta institución, como en el Plan Maestro, la dirección de Proyectos o la de Inversiones.

Según Iraola Valdés, en la Oficina no solo trabajan ingenieros civiles, en cada obra que se ejecuta pesa también el criterio de los ingenieros eléctricos, hidráulicos o de otra especialidad en dependencia de la obra para brindar soluciones.

“Para contextualizar más la labor del ingeniero te pongo el ejemplo de la escultura de Camilo, del Premio Nacional de Artes Plásticas José Villa Soberón, que está emplazada en la rotonda cercana al Hospital Amalia Simoni. En ese tipo de estructuras que pesan poco y están en zonas abiertas el viento es un elemento fundamental a tener en cuenta. En esa obra tuvimos que hacer varias innovaciones, la estructura principal que parecen tubos no los son, son chapas dobladas, soldadas; tuvimos que hacer algunas inventivas para lograr lo que el artista quería porque este tiene su idea, sus bocetos, pero detrás tiene que haber un equipo de ingenieros y arquitectos capaces de proyectarlo y llevarlo a cabo.”

Quizás sea la ingeniería una de las labores más anónimas que existe, pero a su vez es una imprescindible y bien longeva en la historia; sin sus profesionales resultaría imposible seguir edificando nuestras ciudades; y también devolverles el esplendor y funcionalidad a muchos inmuebles.

Estudiante de Periodismo de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte. Fan de los deportes, el cine y la música cubana. Catcher del equipo de softbol de la Prensa de Camagüey, actualmente los subcampeones de Cuba. Encargado de realizar los materiales televisivos en Audiovisuales Príncipe, Grupo de Comunicación de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey.
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