Los 20 años de la Casa Museo Carlos J. Finlay

Foto: José A. Cortiñas Friman
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En la calle Cristo está la Casa Museo Carlos J. Finlay. Veinte años han transcurrido desde que la institución cultural perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC) apostó por compartir con la comunidad el legado de un hombre de ciencia.

Es así que durante este tiempo no son pocas las anécdotas en el lugar que acoge proyectos, eventos y acciones asociadas con la superación académica de profesionales de la Salud y otros que, desde muy pequeños, se integran a la vida cotidiana de este colectivo mediante las actividades enfocadas a públicos diversos.

También desde dentro, al interior del trabajo diario, se cuenta esta historia con dos décadas mediante nombres como el de Isela González, veladora de Sala durante siete años, con un rol fundamental en la divulgación de la obra de Finlay.

También Odalmis Mederos Pérez, por ejemplo, puede contar 20 años en la Oficina, de los que ha dedicado nueve a la Casa Carlos J. Finlay como dependienta gastronómica, especialidad que complementa los servicios, a partir de un conocimiento específico de las actividades caracterizadas.

“Es un orgullo ser parte de una institución que promueve la vida y la obra del gran científico camagüeyano, quien descubrió el agente transmisor de la Fiebre Amarilla. Además, aquí se desarrollan acciones para diferentes tipos de públicos en función de sus necesidades; y es satisfactorio poder servir a la comunidad y sobre todo ser útil”, expresa la especialista Yaremi García Maceo.

Cumplir 20 años ha sido un desafío, dice García Maceo. Que se conozca que hay un lugar donde se pueden socializar los conocimientos científicos en pos del desarrollo de la ciudad y el bienestar de su pueblo, es necesario.

Sin embargo, las dos décadas de la Casa Museo no se pueden relatar sin María del Carmen Pontón Guillemí. Fueron 12 años como especialista principal y aun cuando tenía experiencia laboral, para ella significó un gran reto.

“Aunque llevaba muchos años de trabajo en la OHCC, asumir el espacio cultural llevaba ese empeño de realizar un tratamiento más completo a la vida y obra de Carlos J. Finlay”, explica.

“El valor y el significado que tiene este científico va más allá de Camagüey. Su descubrimiento fue un aporte importante para la humanidad, por tanto la institución cultural debe aprovecharse al máximo”, dice María.

En cada ejercicio académico, en la mirada curiosa de un niño, o en un padre en busca de ayuda para una tarea, va ese amor por lo nuestro y por mantener en la Casa Museo ubicada en la Calle Cristo, la valía de un hombre universal.

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