Pino 3: emboscada y crímenes

Foto: Archivo OHCC
Share on facebook
Share on twitter

Por: Ricardo Muñoz Gutiérrez

Como parte de la estrategia del Ejército Rebelde de extender la guerra a otras provincias, el Comandante en Jefe Fidel Castro organiza la Columna Nº. 11 “Cándido González“, con la misión de establecerse en la antigua provincia de Camagüey y crear un frente guerrillero. La fuerza, al mando del capitán Jaime Vega, al salir de la Sierra Maestra el 8 de septiembre estaba integrada por más de 60 hombres con experiencia en la lucha; según lo previsto, en el trayecto se le incorporaron otros combatientes procedentes de grupos guerrilleros, que habían operado en la Sierra de Cubitas y zonas del Este camagüeyano.

La columna guerrillera en Camagüey

La Columna, con alrededor 160 hombres, entra a la provincia agramontina el 22 de septiembre. El ejército de la tiranía trata de evitar el avance y el 26, los rebeldes le hacen una emboscada, ahora el acecho es mayor.

El jefe de la Columna “…descuidando las medidas tácticas de seguridad contenidas en las instrucciones precisas recibidas y que debían tomarse siempre en territorios dominados por el enemigo…”, ordena avanzar en cuatro camiones a pesar de la oposición de algunos oficiales. A las 2:10 am del día 27, cuando se acercaban a Pino 3 —un lugar cercano al entonces central Macareño, hoy pueblo de Haití— caen en una emboscada bien preparada por el ejército del tirano.

La sorpresa y el poder del fuego causan numerosas bajas entre los rebeldes. En la acción mueren 19 combatientes, quizás entre ellos puedan contarse algunos que, habiendo sido heridos, fueron asesinados inmediatamente en el lugar y contados como muertos en combate.

Otros tres son hechos prisioneros. A Horacio Cobiellas Domínguez y a un combatiente no identificado los conducen hasta una casa de abono, posteriormente les dan la orden de correr en dirección a un cañaveral y, delante de los vecinos, les disparan. Al tercero, el joven de 16 años Fernando Figueredo Castellanos, lo llevan herido hasta una grúa de alzar caña, para después asesinarlo disparándole al pecho.

Otros 12 rebeldes heridos son hechos prisioneros: el desenlace de ellos fue terrible. En la cama de un camión son conducidos hasta el pequeño “hospital” de Macareño, donde reciben las primeras atenciones médicas. El estado de algunos exige el inmediato traslado a Camagüey pero, solo después de las 5:00 pm, el ejército ordena colocarlos en la cama del pequeño camión que servía para la recogida de la basura en el batey, alegando el traslado de los heridos hasta la ciudad. El personal del hospital coloca unas colchonetas para evitar el malestar del camino, pero a los oficiales del ejército le importa poco las condiciones del traslado, sus planes son otros.

La vil masacre

En La Caobita, entre el batey del central y la carretera de Camagüey a Santa Cruz, se detiene el jeep del ejército que acompaña al camión con los heridos. De él se bajan los militares y empiezan a disparar contra el camión con los heridos, simulan un ataque de los rebeldes mientras desde el camión se escuchan voces, creyendo que de verdad son rebeldes piden que no tiren. Uno de ellos, con esfuerzo tremendo, salta y trata de escapar, una ráfaga se lo impide.

En medio del tiroteo, el sargento del Ejército batistiano Otaño, lanza dos granadas de mano sobre los heridos; cesan los disparos. Ahora el oficial sube al camión y con el fusil ametralladora remata a los que dan señales de vida, entre el amasijo de cuerpos cercenados. Milagrosamente solo uno de aquellos doce hombres quedó con vida y logró escapar, después de haber sido abandonados en el camino por los soldados.

Además de Horacio Cobiellas y Fernando Figueredo, entre los 33 mártires del combate de Pino 3  y los asesinados después en la Caobita, se encuentran los nacidos en Camagüey o en otras provincias que, por vivir y hacer vida revolucionaria en la tierra de Agramonte, se consideran camagüeyanos: Ramón Bazán Rivero, Jacobo Cruz Espinosa, Ramón Domínguez de la Peña, José Miguel Gómez Estrada, Gelacio Gutiérrez García, Argélico Lara Correa, Rubén Martín Agún, Alfredo Martínez González, Adolfo Núñez León, José Oquendo Diaz, Luis Palomino Aldana, Raúl Peña González, Miguel Peña Utra, Ricardo Pérez Alemán, Remigio Riverón Sánchez, Gerardo Rodríguez Arias y Rafael Utra Peña.

Nunca pueden ser olvidados.

Fuente

Comisión de Historia de las Columnas 11 y 13 del Frente Camagüey. Frente Camagüey. Editora Política, 1988. Pp. 154-183.

Más relacionados