¿Qué sería del mundo sin la solidaridad y el respeto mutuo? ¿Qué sería de los pueblos sin sus descendientes? Preguntas que parecen simples o muy idealistas; pero nos invitan a pensar que nuestra raza sigue distinguiéndose por el raciocinio y los valores que, aunque casi extintos, nos hacen humanos.
Decía Nelson Mandela “que después de escalar una gran colina, uno se encuentra solo con que hay muchas más colinas que escalar”, y es precisamente allí donde dos pueblos y dos hombres comenzaron a inscribir una historia que sigue latiendo en la lucha común de Cuba y Sudáfrica, en la lucha por un mundo mejor, un mundo sin desigualdad y pobreza; en el que las colinas se multiplican; pero los deseos de luchar se hacen infinitos.
Del apartheid y los deseos de independencia en Cuba
El apartheid discriminaba a negros e indios de Sudáfrica y otorgaba privilegios a la minoría de la población blanca durante más de 50 años.
La explotación y la miseria en que vivía Cuba antes de 1959 resultaba un modo penoso de supervivencia.
Procesos lejanos en un tiempo que no vivimos y hoy leemos o estudiamos; pero etapas al fin, que marcaron hondo en la vida de los seres humanos de continentes distantes y distintos en tradiciones y cultura. Países que, a pesar de lo diverso, los unieron deseos inalienables: la libertad de los hombres, la inclusión social y la paz.
Un día en el calendario
El 11 de mayo de 1994 fueron establecidas las relaciones diplomáticas entre Cuba y Sudáfrica, durante la visita a Pretoria, del Comandante en Jefe Fidel Castro, a la toma de posesión del líder antiapartheid Nelson Mandela.
Los valores de Mandela y Fidel unieron los sueños y realidades de ambos países, que hoy ya no cuentan con sus líderes físicamente; pero siguen defendiendo sus ideas en cada descendiente que se preocupa por conocer sus raíces y luchar por ellas, en mantener vivo un patrimonio inmaterial que solo de generación en generación puede latir por la equidad y justicia social.
Avanzamos en el calendario y descubrimos que hoy se celebra el Día Internacional de Solidaridad con el pueblo en la lucha de Sudáfrica; y más que disertar acerca de las comunidades de afrodescendientes presentes en nuestro territorio, queremos dedicar estas palabras a remarcar el vínculo indisoluble de ambos pueblos; los paradigmas humanos que continúan siendo Fidel y Mandela; y las conquistas que hoy disfrutamos en horizontes diferentes pero con el mismo ímpetu: paz, solidaridad e inclusión social.