Por: Carlos de Jesús Hernández Fernández y Gisell Bárbara Pons Aguilar
La conservación del patrimonio (mueble e inmueble) está sujeta actualmente a la utilización de equipos para su diagnóstico, estudio y conservación.
El diagnóstico de una obra de arte con vista a su conservación, es un paso importante antes de la intervención de un bien patrimonial. Este realiza a partir de los resultados obtenidos de los estudios y exámenes científicos e históricos.
Todos los materiales que componen los objetos tienden a establecer un equilibrio físico-químico con su ambiente circundante, por tanto, es importante “[…] controlar adecuadamente las condiciones ambientales a las que se encuentren sometidos los bienes culturales, para reducir sus efectos. La iluminación y la temperatura. Las variaciones de humedad relativa. La atmosfera y la contaminación química. Los agentes de biodeterioro. Las causas físicas, químicas y de alteración”[1].
Aplicaciones móviles en función de la restauración
Existen instituciones en Europa en las que se muestran resultados sorprendentes con la utilización de las App (aplicaciones móviles), como apoyo en el estudio y conservación de arte. En la publicación “Nuevas tecnologías y apps para la conservación y difusión del arte contemporáneo: la Colección de la Universidad del País Vasco”, por ejemplo, se recoge la experiencia y los primeros resultados de la aplicación de un proyecto de innovación, cuyo objetivo principal es proporcionar a los futuros profesionales de la conservación los instrumentos necesarios para el desarrollo de su práctica profesional, mediante la utilización de App.
En los últimos años, el campo de la conservación del arte ha evolucionado de modo vertiginoso y en la actualidad, los criterios de conservación y restauración vigentes establecen entre sus principios el de la mínima intervención. Por ende, las nuevas tecnologías disponibles en el mercado, pueden ayudar al estudio y diagnóstico del patrimonio, convirtiéndose en un medio de conservación pasivo mediante la documentación y el registro. De hecho, el empleo de estas herramientas está cada vez más generalizado entre conservadores/as y restauradores/as en todo el mundo, tanto a nivel institucional como en el caso de investigadores y profesionales autónomos[2].
Las nuevas tecnologías y el patrimonio
Es evidente que lo que se consideraba “new” hace cuarenta años, no lo es tanto en la actualidad. Esto puede ser poco relevante, pero lo que emerge de manera evidente es que, en el mundo de la conservación, como en casi todas las esferas de la vida cotidiana, se ha ido afirmando una fuerte tendencia a la innovación y a la búsqueda de nuevas aplicaciones, y métodos cada vez más avanzados.
Desde siempre, y cada vez de modo más evidente, se han explorado y aplicado soluciones adecuadas, que respondan a las nuevas exigencias de investigación en el ámbito de la conservación del patrimonio cultural[3].
Las nuevas tecnologías disponibles en el mercado pueden ayudar al estudio y diagnóstico del patrimonio, como la identificación de impactos físicos y sensoriales.
Los impactos físicos están vinculados directamente con los daños ocasionados a los sitios y/o a su entorno, fundamentalmente con el perjuicio directo a las edificaciones y/o a los modos de vida tradicionales. Los impactos sensoriales afectan la percepción desde lo visual, lo sonoro, lo olfativo y lo somático; lo que genera diversidad de respuestas o efectos, como la incorrecta interpretación, el rechazo, la incomodidad[4].
La restauración de pinturas murales
En el caso del diagnóstico a un mural se complejiza por su relación con la arquitectura. Un punto a tener en cuenta a la hora de realizar el examen y documentación de esta manifestación.
La alteración y el deterioro de los diferentes materiales que componen la obra mural están ligados, tanto a los procesos naturales, como a las características fisicoquímicas del material y del medio en que se encuentra.
El restaurador de pintura mural debe tener presente los cambios y situaciones que se provoquen, ya se dentro del inmueble como en los alrededores de este, pues esto influye en la conservación de las obras murales. Ellas son parte de la arquitectura y no se pueden comprender como una manifestación separada.
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[1] Gómez González, María Luisa. Examen científico aplicado a la conservación de obras de arte. Ministerio de Cultura. Madrid, 1994. Pág. 68.
[2] Colectivo de autores. Nuevas tecnologías y apps para la conservación y difusión del arte contemporáneo: la Colección de la Universidad del País Vasco. Universidad del País Vasco. 2020. Pág. 90-111.
[3] Borrelli, Ernesto. Conservación del patrimonio. Evolución y nuevas perspectivas: actas del II Congreso del GEIIC. Investigación y nuevas tecnologías: consideraciones críticas. ICCROM International Centre for the Study of the Preservation and Restoration of Cultural Property. Valencia, España. 2002.
[4] Hernández Fernández, Carlos de Jesús. Pons Aguilar, Gisell Bárbara. Recomendaciones para la gestión medio ambiental de los proyectos ejecutados por la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey. Jornada Científica Estudiantil. Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz”. Camagüey. 2022.