Cerraba el mes enero de 1958 y el espíritu de José Antonio Echeverría junto a sus compañeros del Directorio Revolucionario 13 de marzo, navegaron junto al yate Scapada que zarpó de Miami comprometido con la revolución y el pueblo de Cuba.

Ningún contratiempo sería difícil para el joven Faure Chomón, quien tenía bien claro que la expedición con destino a Nuevitas sería una rotunda victoria en homenaje a sus compañeros caídos.

Armas, hombres y pertrechos recorrieron la cubierta de las embarcaciones del San Rafael y luego la del nuevitero Yalovén, el cual trasladó hasta el muelle del poblado pesquero de Santa Rita la carga que apoyaría la lucha en La Habana y el Escambray.

Ese día…

En la pequeña comunidad nuevitera el aire se tornó desbordante de sentimientos, valentía y a amor a la patria. Cada paso estaba estratégicamente pensado. Abel Cabalé transportaría en su camión lechero las armas hasta Camagüey, con falso piso que burló la vigilancia del puesto de la guardia rural que se encontraba en Altagracia; debido a la alta confianza que se había ganado.

En Camagüey todo estaba perfectamente organizado  y con la cooperación de revolucionarios e integrantes del Directorio las armas llegan a  La Habana a través del expreso del ferrocarril. Mientras, las restantes serían conducidas por un grupo al mando del propio Chomón a través de la carretera central en un plan perfecto.

Nada podría detener el avance de la victoria final, desde la manigua redentora hasta la Sierra Rebelde los cubanos demostraban su eterna determinación a ser libres o mártires.

Un sitio histórico para el valor

Entre los lugares que atesoran la historia patria fuera del municipio cabecera, se encuentra el sitio por donde un 8 de febrero de 1958 desembarcaran las armas para apoyar la lucha armada, en el costero municipio de Nuevitas.

Este hermoso terreno bañado por las aguas de la bahía nuevitera recibe la atención y cuidado de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey, desde hace 15 años.

En el 2007 un proyecto de reanimación para el sitio por donde desembarcó el “Yalovén” recibió por parte de la Oficina una revitalización de la imagen que incluyó un monumento conmemorativo a cargo del artista Roberto Estrada junto a las ideas de los propios protagonistas del hecho. Simultáneamente se realizaron acciones para preservar la embarcación que se encuentra ubicada en el museo municipal.

Se cumplían por ese año, 50 aniversario de la Expedición de Nuevitas y qué  mejor manera de rememorar la valentía de quienes arriesgaron sus vidas por la causa revolucionaria que dedicar un monumento para la posteridad en donde la total anuencia de Faure y sus compañeros estuvo presente.

Resultó un momento inolvidable el día de la inauguración donde todos los que aun conservaban los años y la valentía pudieron disfrutar del merecido homenaje por el hecho que aunque poco conocido fue un rotundo éxito y posibilitó abrir el frente del Escambray.