Francisco Agüero y Duque de Estrada, uno de los más preclaros hijos del Camagüey

Share on facebook
Share on twitter

Francisco Agüero y Estrada nace en 1806, en el seno de una de las familias más antiguas de Puerto Príncipe. Desde muy temprano fueron visibles sus dotes de escritor, convirtiéndose en un amplio conocedor en el campo de las letras.

Precisamente el camino se materializaría con la colaboración asiduamente en el periódico El Fanal y la fundación junto a Francisco Peyrellade, del Aguinaldo Camagüeyano, con el cual se propusieron captar a los poetas principeños. Pero no tarda en fracasar; apenas se tiraron una decenas de impresiones. Si bien, en otra de las fuentes consultadas se expone que fue publicado entre 1848 y 1850, solamente en diciembre de cada año y con él se da a conocer bajo el seudónimo de El Solitario.

De ideas está hecho el hombre

Por sus ideas, las autoridades coloniales lo tildan como un elemento hostil al gobierno, dado que era integrante de la Sociedad Libertadora de Puerto Príncipe, fundada en 1849, para fomentar la revolución y de la cual fue de los miembros más activos. El 3 de mayo de 1851, es uno de los principeños, cuyo nombre  aparece en la lista del Mariscal Lemery, para ser detenido y acusado de conspiración; situación de la que pudo escapar.

Su firma en el manifiesto público redactado en La Habana por el patriota Manuel de Palma, dirigido A los Habitantes de la Isla de Cuba, lo posicionaba como uno de los jefes del movimiento armado de Camagüey, que proclamaba la independencia. No por gusto comanda una de las partidas que operó parelamente a la de Joaquín de Agüero, en la zona comprendida entre Las Yeguas y El Cercado. No obstante, debido a la reacción que produjo el acontecimento de Las Tunas, fue perseguida y disuelta.

De Estados Unidos a Nicaragua

No es hasta el 31 de octubre que logra embarcar y huir hacia Nueva York junto a otros compañeros. En un primer momento para subsitir imparte clases de español y francés. Posteriormente trabaja como colaborador en la prensa de la emigración cubana.

Pronto se entera de su condena a pena de muerte por la Comisión Militar Ejecutiva del Departamento del Centro, que le fue conmutada más tarde por la de diez años de presidio y la confiscación de  todos sus bienes.

En esa ciudad escribe, en 1853 la primera biografía de Joaquín de Agüero la cual publica en el periódico La Verdad (suplemento del consejo de gobierno cubano, organizado por la emigración criolla).

Con una salud resentida marcha hacia Nicaragua donde capta la atención del presidente Walker por todo su trabajo y pasado revolucionario, quien le confía la dirección del diario El Nicaragüense órgano oficial del gobierno. Más tarde es nombrado prefecto en la capital de la República, cargo que desempeña poco tiempo.

De regreso a Cuba

En 1856 muere su esposa y prima, Ana María de Agüero y Varona, por lo que decide regresar al encuentro de sus hijos. Tras varios trámites y gracias a la influencia ejercida por Gaspar Betancourt Cisneros arriba a su ciudad natal, a principios de 1857. Una vez establecido se dedica a la enseñanza. La Sociedad Filarmónica le concede el título de Socio Facultativo de la Sección de Literatura y en 1860, le fue otorgada su dirección.

Su aporte a la Guerra Grande

En 1868 se vincula a la Junta Revolucionaria, para ese entonces había comenzado a pecibir los primeros síntomas de una parálisis que inmovilizaría su cuerpo pero no su mente, debido que aún en ese estado y apoyado por sus hijas y amistades, realizó una prolífera obra en apoyo a la incorporación de los camagüeyanos a la nueva gesta.

Fallecimiento

De 86 años de edad fallece El Solitario, un 20 de febrero de 1892. A su casa concurrió lo más selecto de la sociedad principeña como sinónimo de respeto y admiración. No solo el Camagüey le profesó su cariño, pues incluso el apóstol Jose Martí, comprendió la grandeza de este hombre, cuando expresó: “Ahora muere en Puerto Príncipe El Solitario, que amó a su tierra ardientemente. Ni huyó el cuerpo ni cedió la pluma …”

Bibliografía

Agüero y Estrada, Francisco (El Solitario). Biografía de Joaquín de Agüero. Impresiones Ricla. La Habana, 1935.

Labrada Rodríguez, Eduardo. La prensa camagüeyana en el siglo XIX. Eidtorial Oriente, Santiago de Cuba

Portuondo, Fernando. Joaquín de Agüero y sus compañeros de Camagüey. Homenaje a los Mártires de 1851. Cuadernos de Historia Habanera. No. 51. La Habana, 1951.

Más relacionados